El Tenis de Mesa sigue siendo un deporte minoritario en cuanto a practicantes en Navarra pero con varios focos y clubes de alto nivel. Es un deporte olímpico de los que atraen a los espectadores no iniciados en las grandes citas, y en Navarra lo practican en competición no menos de 200 personas.
Anaitasuna y Oberena tienen equipos en Primera y Segunda Nacional y División de Honor Vasca además de en categorías inferiores. El Club Natación está atravesando un bache pero también mantiene practicantes, y cada cierto tiempo surgen nuevas figuras individuales de esta modalidad. Jesús Larrión, Delegado de la Sección de Tenis de Mesa de Oberena, recuerda cómo Paula Bueno se formó en su club y salió a Madrid a un Centro de Alto Rendimiento, compitiendo varios años al máximo nivel.
Ahora hay un joven benjamín de 10 años, Pablo Martínez, que está sorprendiendo a propios y extraños. Su padre asistió a un Campus de Verano en su localidad, Lodosa, hace unos años, y ha mantenido la afición en la localidad por el Tenis de Mesa. Ahora su hijo Pablo está desarrollando su talento para con el deporte, y ha ganado en todos los campeonatos benjamines en los que ha participado, incluidos los nacionales. Larrión explica en Onda Deportiva Navarra que varios entrenadores de clubes de fuera de Navarra están sorprendidos de cómo puede haber ganado un chico que se desplaza dos días a la semana a Pamplona para entrenar cuatro horas en total a jóvenes que entrenan ya cuatro horas diarias y tienen preparadores personales.
Oberena se ha volcado en pedir apoyo para Pablo Martínez y su familia, ya que no deja de ser un chaval de 10 años que por edad todavía no puede acceder a las becas de la Fundación Miguel Induráin pero incurre en gastos al desplazarse todas las semanas a Pamplona y podría mejorar mucho con un entrenador específico y participando en competiciones de más nivel, para las que necesita apoyo.