Una de las empresas referentes del sector papelero a nivel mundial es, sin duda, el Grupo Smurfit Westrock. En navarra dispone de tres unidades de producción siendo la papelera de Sangüesa un referente en papeles para embalaje. Cuenta con una trayectoria de más de 60 años en nuestra Comunidad Foral. Además, en los últimos años ha aparecido en los medios de comunicación vinculado a buenas noticias como importantes inversiones en el sector fotovoltaico, premios y galardones o nuevos productos.
Los productos, el papel que se producen en la planta de Smurfit Westrock de
Sangüesa, “están más presentes en nuestro día a día más de lo que pensamos”, según explica en Onda Cero, su director de marketing, Iñaki Urdaci. “El papel que se fabrica en Sangüesa, que se denomina MG por tener una cara satinada, está fabricado con materia prima 100% renovable, procedente de masa forestal sostenible”, resume.
Un papel de gramaje ligero, pero “con altas resistencias y muy limpio”, que está presente en nuestro día a día “a través de bolsas de papel, las típicas bolsas de
panadería, pastelería, y también bolsa de supermercado”.
Pero además de las bolsas, Smurfit Westrock tiene “muchos clientes en sectores industriales”, como son el acero y el vidrio. Ahí tiene presencia como protector de esas superficies delicadas, también en precintos de cajas, en procesos de pintura industrial, aislantes en el mundo de la construcción o automoción, etc. Así que “de una forma directa o indirecta, todos los días tocamos papel hecho en Navarra”, explica Urdaci.
Smurfit Westrock es una empresa muy intensa en innovación, están “continuamente trabajando en nuevas aplicaciones para su papel y
también en desarrollo de nuevos papeles, otorgando propiedades extraordinarias al mismo”. Y es que tanto la tendencia a reemplazar materiales no sostenibles de los clientes, como la propia regulación, hacen al papel “un material muy atractivo”.
El jefe de desarrollo de producto cuenta en la Brújula de la Economía de AIN que “el foco lo tienen ahora en lo que se denomina embalaje flexible”. Para ello han desarrollado “un papel termosoldable que es capaz de sellarse por calor”, como lo hace el plástico, pero siendo “un material 100% reciclable y compostable”. También trabajan mucho el sector agrícola con acolchados de papel y papeles resistentes a la humedad.
“La papelera desde su inicio ha pensado en ser lo más eficiente posible con los recursos”, como explica Urdaci. Ya en los años 60 se instaló “la caldera de recuperación”, que, con residuos del proceso de cocción de astilla, producían vapor para secar el papel; después en los años 80 se instaló una turbina, que tienen actualmente y con la que producen energía renovable.
En el año 2005 fueron pioneros en “algo que ahora es muy común”, el informe anual de sostenibilidad. Desde entonces, en la planta de Sangüesa ha reducido
sus emisiones en más de un 65% y autoproducen más del 50% de sus necesidades energéticas. En 2011 instalaron una nueva caldera de biomasa y en 2018, realizaron una reducción de emisiones y eficiencia en la generación y la última este año con la planta de autoconsumo fotovoltaico industrial más grande de navarra, que unido a la turbina les provee de más del 50% de las necesidades energéticas de la planta y que les ha permitido reducir 3,000t las emisiones.