Unai Laso ganó 22-19 el domingo a Peio Etxeberria en la final del Campeonato del Cuatro y Medio. La final entre navarros no defraudó sobre todo por la intensidad con que ambos vivieron el partido y por el enorme esfuerzo que desplegaron sobre la cancha del frontón Bizkaia. Apenas un día después el campeón, Unai Laso, acudió a otro frontón mucho más modesto pero con más solera, el "Frontón de López" del barrio de Iturrama, para recoger la "txapela" que le habían guardado sus padres, vecinos de la zona, y para rememorar desde ese lugar donde tanto jugó a pelota con amigos cuando no soñaba con ser profesional el título recién conseguido.
Laso reconoció ahí estar aún "medio emocionado" por la consecución del título y haber ganado el Campeonato del Cuatro y Medio. Admitió que durante la final lo pasó mal: "Me vinieron los fantasmas, pero Mariezkurrena (su botillero) hizo un gran trabajo. Tengo que agradecer también mucho a mi psicóloga", confesaba abiertamente un pelotari que se apoya en los profesionales desde hace tiempo para trabajar el aspecto mental. De hecho la final fue un ejemplo de un partido en el que cuerpo y cabeza dan un poco más cuando parece que no pueden: "Fue un partido muy duro, Peio jugó muy bien", comentó Laso.
La pelota profesional no da tiempos de descanso en plena temporada: a partir de ahora el Parejas toma el relevo y centra la atención del mundo pelotazale. Ahí Unai Laso intentará conseguir el único triunfo de los tres grandes que le falta.