Hace quinientos años, Vitoria se convirtió -durante dos meses aproximadamente- en la capital del mundo. Lo fue del Sacro Imperio Romano Germánico, gobernado entonces por Carlos V, que era el monarca más importante no sólo de Europa sino del mundo entero. Entre enero y marzo de 1524, el emperador se instaló en la capital alavesa donde tomó decisiones cruciales a nivel mundial, entre ellas la negociación con Portugal del conocido como Tratado de Vitoria, sobre las consecuencias de la primera vuelta al mundo.