En el escrito de la Fiscalía se explica que el hombre no aceptó el divorcio y comenzó a acosar a su exmujer, Mónica, de 43 años, 'con la intención de controlar sus movimientos y actividades y especialmente conocer si mantenía alguna relación con otro varón'. Considera además, que el presunto asesino llegó a manifestar a conocidos su intención de dañar a Mónica a través de sus hijos, y que incluso pocos días antes del doble asesinato, contó sus intenciones a terceras personas.
Aquel fatídico día, el hombre subió hasta la vivienda en la que vivía su expareja, en el vitoriano barrio de Lakua-Arriaga. En la puerta de acceso se encontró con ambas mujeres y las acuchilló. Su exmujer recibió 33 puñaladas y la madre de ésta, de 69 años, 38. Después, el varón prendió fuego a la casa, salió a la ventana y se lanzó desde el octavo piso a una colchoneta que habían colocado previamente los bomberos.
Apenas unos días en el Hospital Santiago fueron suficientes para su recuperación, y desde entonces se encuentra en prisión provisional.