Jokin Bildarratz ha defendido que cada centro vive en un ecosistema sociolingüístico diferente, por lo que éste será el que marcará cómo abordar el aprendizaje. 'No es lo mismo un modelo D en algún barrio de Bilbao o de un municipio guipuzcoano como Berastegi. Pretendemos un proyecto en que cada centro responda a su realidad lingüística'. El objetivo final es que el alumnado acabe la secundaria con un nivel B2 en las lenguas oficiales, castellano y euskera, y un B1 en un tercer idioma. 'Cada familia va a poder elegir modelo', ha asegurado Bildarratz, que ha explicado que 'la única exigencia es que haya un número mínimo para conformar un grupo'.
El proyecto de ley también incorpora medidas contra la segregación, como las ya habilitadas mediante decreto. Recoge la norma el espíritu del pacto educativo de hace un año, según el consejero.