Con esta herramienta, el Gobierno Vasco apoya a comunidades y particulares para realizar rehabilitaciones integrales de edificios -que incluyen en una misma intervención la eficiencia energética, la accesibilidad o las mejoras de la habitabilidad exterior a través de nuevos balcones y terrazas o de la extensión de los ya existentes-, obras puntuales para elementos comunes de edificios y reformas en viviendas. El presupuesto será de 33 millones de euros anuales. La nueva orden unifica las ayudas y supone el final de las convocatorias anuales, ya que desde ahora se podrán pedir todos los tipos de ayudas durante todo el año, al contrario de lo que sucedía hasta la fecha con determinadas líneas.
Fondos Europeos
El consejero ha recordado que esta orden prepara el escenario para la "oportunidad única para hacer de la renovación una estrategia que beneficie tanto a la neutralidad climática como a la recuperación y la transformación" social tras la pandemia, con la llegada de los fondos europeos Next Generation y en un contexto de nuevas necesidades ante el creciente envejecimiento poblacional.Además de afrontar las actuaciones de conservación habituales en un parque de viviendas como el vasco, que se caracteriza por su antigüedad -46,2 años de media-, las ayudas ponen el acento en la mejora de la accesibilidad, la eficiencia energética de los edificios y el incremento del uso de energías renovables en los edificios y viviendas, así como la digitalización de edificios. Abordar la crisis climática desde el ámbito de la edificación -con la neutralidad climática en 2050 como fin- y reducir las desigualdades sociales al apoyar el acceso a las ayudas a quienes tienen mayores dificultades para rehabilitar son los dos objetivos principales que ha desgranado Iñaki Arriola en su comparecencia. Entre 2018 y 2020, las ayudas a la rehabilitación han apoyado estas actuaciones en 30.942 viviendas con 90 millones de euros.
La orden eleva las cuantías de las ayudas e incide en apoyar a personas con menos recursos, así como a comunidades que acompañen las actuaciones de mejora de la eficiencia energética y la integración de fuentes de energía renovable con una mejora de la habitabilidad, la accesibilidad, la conservación, la mejora de la seguridad de utilización y la digitalización de los edificios.