Los tribunales consideran acreditado que la mujer, limpiadora en un polideportivo de Gipuzkoa solía dejar su botella de agua en un frigorífico de uso compartido, pero en varias ocasiones otros trabajadores habían consumido de ella y una vez llegó a encontrar su botella tirada en la papelera.
El 3 de noviembre de 2023, la trabajadora dejó en ese frigorífico una botella de medio litro con su nombre puesto en letras rojas en el tapón y echó cierta cantidad de lejía. A los dos días, otro trabajador bebió de esa botella y al darse cuenta de que contenía algo más que agua, escupió el contenido que mantenía en la boca. Interpelada por ese hecho, la mujer reconoció que había puesto lejía y afirmó también "que se joda".
El compañero fue atendido en urgencias donde le hicieron diversas pruebas sin que se le detectaran lesiones en el estómago. La mujer, por su parte, fue despedida por la empresa el 10 de noviembre de 2023 al considerar que su actuación suponían un fraude y deslealtad en las gestiones encomendadas, así como en el trato con los compañeros de trabajo, y una transgresión de la buena fe contractual.