La economía sumergida alcanzó el 8,7 % del PIB de ese año. En España, y según datos aportados por el Gobierno vasco, este porcentaje roza el 17%. Hablamos de actividades productivas legales que se ocultan de manera intencionada a las autoridades, en parte o totalmente, para evitar el pago de impuestos o de cotizaciones a la seguridad social.
Por sectores, el que se estima tiene un mayor volumen de economía sumergida es el de la construcción, donde se ha estimado que calcula que roza el 24% de su actividad. Le siguen comercio, hostelería y el transporte. Las actividades inmobiliarias tuvieron un 14,7 % no declarado sobre su valor añadido bruto total.
Por el contrario, en 2020 los sectores de servicios que menor peso tuvieron en la estimación de la economía sumergida fueron el de Información y comunicaciones (1,9 %) y las Actividades financieras y seguros (0,4 %).