Los últimos datos disponibles, de 2018, nos alertan de que en Euskadi se superaron los 6 millones de toneladas de residuos. La puesta en marcha del plan favorecerá una importante reducción de la generación de residuos, con la meta de reducir esta cantidad un 30% en una década. Minimizar el vertido y fomentar la reutilización serán el destino de las inversiones, a las que se sumarán otras acciones. Así, se activará un canon de vertido e incineración para que no resulte más barato desechar un residuo que reciclarlo.
Autosuficiencia de vertido
Tras lo ocurrido en Zaldibar y el cierre de los vertederos de Mutiloa y Larrabetzu, Euskadi no puede perder de vista su limitada capacidad para gestionar sus propios residuos. Los diez vertederos en activo no podrían asumir los 7.500.000 m3 de vertidos que el Gobierno vasco prevé hasta 2030. El Gobierno vasco se plantea cambios en el funcionamiento de estas instalaciones, para que convertirlas en depósitos donde los residuos se almacenan a la espera de poder ser reutilizados. La consejera de medioambiente Arantza Tapia ha adelantado que se ultima un Plan de vertederos con otras administraciones vascas 'que garantice las necesidades hasta el año 2030 y vaya transitando hacia un modelo en el que el vertido sea exclusivamente el 15% como máximo de aquel material que no sea reciclable de ninguna manera'.
Menos residuos industriales
Otras de las inversiones prioritarias buscarán reducir un 60% los vertidos industriales no peligrosos, y aquí también, se apuesta por valorizar los residuos y que puedan volver a utilizarse como materiales secundarios en la producción. Tapia ha explicado que se trabaja en diez proyectos, y el más avanzado mira a Gipuzkoa y el sector papelero.