Compromiso claro del Gobierno Vasco en la lucha contra el juego problemático y patológico en Euskadi. Por ello anuncia la aprobación, en el próximo trimestre, de la modificación del Reglamento General del Juego de 2016. La reforma legal conllevará un endurecimiento de las distancias de los locales de juego con respecto a los centros educativos, número y metros mínimos entre establecimientos, control de accesos y publicidad acorde con la situación social y económica real de Euskadi a fecha de hoy. No podrá haber locales de juego o apuestas a menos de 150 metros radiales de los centros educativos reglados y deberá haber una distancia mínima de 500 entre establecimientos. Además el Gobierno restringe la publicidad de las empresas de juego y establece el control de acceso obligatorio para todos los locales de este tipo, incluyendo sus zonas de hostelería. Tampoco se otorgarán, durante los próximos tres años, nuevas licencias para instalar máquinas de juego en locales de hostelería y salones de juego y todas las bajas de esos permisos que se produzcan en este tiempo serán definitivas. Regulación que, como ha apuntado Josu Erkoreka Consejero de Seguridad, va a suponer dar "una dimensión adecuada y ajustada" que nos permita conciliar esta actividad que " genera un valor añadido bruto que supera los 155 millones de euros en Euskadi y da empleo a cerca de 2.500 personas" con la "necesidad de proteger la salud pública y a los colectivos mas vulnerables.
El juego en nuestro entorno
Durante la presentación del nuevo reglamento el profesor del Departamento de Sociología y Trabajo social de la UPV/EHU , Jonatán García Rabadán, ha aportado datos obtenidos por el Observatorio Vasco del Juego. Nacido en octubre de 2018 destaca , en sus estudios “la corroboración de la idea de una presencia clara del juego en la sociedad vasca: el 70,5% de la población ha jugado o apostado por lo menos una vez en el último año. Paralelamente, además, también cabe señalar que una mayoría (79%) de las personas encuestadas afirmó que, durante su infancia y/o juventud, había visto jugar a algún familiar y, que un porcentaje más reducido pero relevante (24,7%) reconocía haberse iniciado en el juego antes de los 18 años, es decir, antes de la edad legal mínima estipulada. El proceso de socialización juega un papel determinante en este escenario y se trata, en todo caso, de elementos que reflejan el elevado grado de presencia y normalización del juego en la sociedad”, ha explicado Jonatan Garcia, profesor e investigador del departamento de Sociología y Trabajo Social de la UPV/EHU.