El pesimismo se ha consolidado entre los hogares vascos con respecto a la evolución socio-económica general. Una fallida recuperación económica, un escenario de alta inflación y los efectos de la guerra de Ucrania con el consiguiente impacto en los precios energéticos, son los principales argumentos del deterioro generalizado de su confianza. Es una de las principales conclusiones del Estudio de Confianza de los Hogares Vascos correspondiente al cuarto trimestre de 2022 elaborado por el Departamento de Estudios de Laboral Kutxa.
Preguntados por la evolución de la economía en general, las expectativas de los hogares vascos no varían (-2 puntos), es decir, se mantiene en niveles pesimistas (-39), pero todavía no tanto como lo fueron durante 2020. Este resultado se debe a que algo más de la mitad de los hogares vascos considera que la situación económica en los próximos doce meses se mantendrá (57%) mientras que desciende (del 68% al 40%) el grupo que considera que será un poco (33%) o bastante peor (7%).
ahorro
Las posibilidades de ahorro de los consumidores vascos han empeorado de forma notoria (-17), perdiendo once puntos con respecto del resultado de este índice en el tercer trimestre del año (-6). Además, en un contexto de precios crecientes, que los hogares vascos consideran se mantendrá, prevalece la incertidumbre, lo que condiciona las decisiones de compra de los hogares.