El acceso a la atención sanitaria de las personas con discapacidad intelectual presenta limitaciones, que pueden ir desde los problemas para explicar su dolencia o entender las pautas médicas. Y los sanitarios no siempre están preparados para entender y hacerse entender con estos pacientes. Además, diferentes estudios certifican que sufren más problemas de salud que la población general. Es el punto de partida por el que FEVES demanda una tarjeta sanitaria preferente para un amplio colectivo, desde discapacitados intelectuales, a personas con parálisis cerebral o autistas, por ejemplo.
Esta tarjeta, que ya funciona en once comunidades autónomas habilitaría a estas personas a estar siempre acompañadas, seleccionar la hora de la consulta para evitar cambios en sus rutinas, esperar lo mínimo posible a ser atendidos o incluso la explicación médica través de pictogramas.
Los representantes de FEVAS que ha acudido al parlamento vasco han hablado también de promover la accesibilidad cognitiva y los entornos accesibles. Un ejemplo, una persona autista puede desregularse por el ruido que pueda haber en una sala de espera. Una manta de peso en esa sala puede ayudarle a estar más tranquilo.