El proyecto ‘Begoñako Argia", que la Sociedad de Ciencias Aranzadi está llevando a cabo con la subvención del Ayuntamiento de Bilbao, arrancó el pasado mes de octubre. Desde entonces, el equipo de Aranzadi y los y las jóvenes estudiantes que forman parte del campus de prácticas establecido en el Cementerio de Begoña han exhumado los restos de más de 1.500 personas. Esta última semana, dentro de los trabajos de exhumación en la zona conocida como ‘Santa Teresa A’ y de la que se estaban extrayendo esqueletos de entre 1935 y 1937, se han encontrado, bajo ese primer nivel de enterramiento, un segundo nivel de enterramiento correspondiente a una época anterior. En concreto, han hallado los restos de un individuo que aparece en posición decúbito prono (boca abajo), y en sentido contrario al resto de inhumaciones, concluyendo que no se corresponde con un enterramiento ordinario. Se han encontrado, además, en este esqueleto botones compatibles con el ejército liberal o gubernamental de las Guerras Carlistas. Uno de ellos con la inscripción ‘Chinchilla’, la corona y la flor de lis.
Continuando con la excavación, cerca de este primer cuerpo, han aparecido los restos de otros individuos, también entrecortados por los enterramientos posteriores y no enterrados individualmente sino en conjunto, en diferentes posiciones, en lo que parece indicar que se trata de una fosa común. Se han hallado, además, más botones –dos con el número 17 de Infantería y otros con inscripciones ilegibles– y monedas en mal estado de conservación.
Guerras Carlistas en Bilbao
Bilbao fue una importante plaza en las diferentes Guerras Carlistas e importante fue Begoña, asimismo, por su estratégica posición en los diferentes asedios y sitios que sufrió la ciudad. En la primera Guerra Carlista, y debido a esta ventaja estratégica, Begoña fue elegida por Zumalacárregui para instalar una batería artillera durante el Sitio de Bilbao, lo cual convirtió esta zona en objetivo preferente. Y, desde entonces, carlistas y liberales ocuparon Begoña en sucesivas ocasiones, transformando el santuario en fortaleza, que sufrió un bombardeo continuo. Hasta en cuatro ocasiones entre 1835 y 1874, la Villa quedó cercada en el marco de estas guerras. En el último de estos sitios, que duró 125 días –entre finales de 1873 y mayo de 1874– Begoña tuvo una importancia capital.
Enterramientos de la época
Hay constancia de enterramientos de época carlista en el Cementerio de Begoña desde la primera carlistada. En 1836, por ejemplo, consta que se enterraron 168 personas del batallón carlista. Los archivos hacen también referencia a fosa epidémica de cólera en 1894, donde se enterraron 43 personas. Los terrenos en los que se ubica el cementerio actual se compraron en 1862, pero en la compraventa de los terrenos aparece que éstos colindaban con “huerto santo”. Esto puede indicar que ya se realizaran enterramientos anteriormente en las inmediaciones, aunque no estuviera constituido como cementerio oficial. Posteriormente el cementerio tuvo diferentes ampliaciones, para poder acoger los enterramientos individuales de suelo, dada la demanda de enterramientos. Y, se conoce, que en 1924 se bendicen terrenos para realizar inhumaciones. Por todo ello, se deduce que la zona donde se encuentran la fosa excavada esta última semana está una zona de ampliación posterior del cementerio, por lo tanto, es posible que estuviera en su momento extramuros, al otro lado del muro original del cementerio (y a muy poca distancia del mismo).
Continua la investigación
En este momento continúan las labores de excavación en esa zona y es de esperar que salgan más evidencias. De momento, por tanto, la investigación sigue su curso –tanto sobre el terreno como en archivos- y las hipótesis continúan abiertas.
Los materiales y restos encontrados serán depositados, una vez analizados, en el Museo Arqueológico de Bizkaia (Bilbao), ubicado en el Casco Viejo, cerca del propio Cementerio de Begoña.