María Fernández sabe de renacer sin dejar de luchar ni sonrerir. Hace 5 años le diagnosticaron un Linfoma No Hodkin, y no fue fácil dar con la dolencia que tuvo en vilo a toda la familia en puertas de la Magdalena. Con raíces en Anguiano y en Ábalos, con 2 pequeños que ahora tienen 10 y 6 años, María ha vuelto a las aulas para seguir formándose en la rama sanitaria. Volvió a nacer por un autotraspante de médula ósea, necesitó otra donación y, se ha empeñado en visibilizar este gesto altruista que salva vidas, como la suya.