El vecino del piso de abajo, un hombre de 36 años de edad, salió de casa porque le estaban llamando al timbre en medio del revuelo de aquella tarde porque algo grave pasaba en el barrio.
Bajó a la calle y la Guardia Civil le preguntó si había visto algo raro. Les dijo que no y retornó a casa por las escaleras.
Fue en ese momento cuando se encontró a Almeida con el niño en brazos. Le dijo que se lo había dejado una amiga "para cuidarlo".
Se trata de una “testifical preconstituida” (celebrada antes de la vista oral) y que se ha reproducido en la sala.