El sistema de recogida selectiva puerta a puerta recupera el viejo hábito de dejar la bolsa de las basuras en el portal de casa para que pasen a recogerla los basureros. Aunque en este caso las cosas son un poco más complejas ya que no nos recogerán todo en la misma bolsa si no que, en función de las instrucciones que recibamos del ayuntamiento, unos días bajaremos el papel, otros el vidrio, otros los envases y otros la orgánica, sin olvidamos de la de contenido general o de rechazo.
De ese modo, si el consistorio implanta un calendario en el que los restos de envases se recogen los martes, jueves y sábados, el ciudadano debe ceñirse al sistema y depositar en el portal tan solo durante esos días y a partir de la hora indicada los residuos que en un sistema de contenedores llevaría al de color amarillo.
Los detractores de este sistema denuncian que el puerta a puerta no propone sino que obliga al ciudadano a participar en la recogida selectiva. Si una vivienda incumple el calendario y deposita en el portal una fracción diferente a la que corresponde ese día la bolsa no será recogida y se le notificará mediante una etiqueta adhesiva que está incumpliendo el programa de gestión de residuos. A la tercera puede llegar la sanción.
Por el contrario, si el sistema es consensuado y se implanta con la ayuda de un buen programa de educación ambiental, si se acompaña de un buen servicio de atención ciudadana para resolver los problemas y las dudas, se pueden obtener unos niveles de participación muy elevados y unos resultados cuantitativos y cualitativos sorprendentes, tanto en el reciclaje de los residuos (hasta un 80% del volumen total).
La organización Ecologistas en Acción que agrupa a las principales diferentes entidades ecologistas repartidas por todo el territorio español, promueve la implantación de este sistema y discrepa de quienes argumentan que la recogida puerta a puerta sólo se puede aplicar en municipios de dimensiones pequeñas o medianas.