Ya saben ustedes que en el apartado de recomendaciones solo incluimos los libros comentados en Territorio Comanche. No aparecen aquellos títulos que Julia Otero presenta en el programa con entrevistas a sus autores.
Esta semana ofrecemos la primera parte: novela. Abrimos con el índice de los libros que encontrarán comentados. La numeración no tiene que ver con ninguna clasificación por interés o calidad, es una forma de orientación en la entrada
1. Canciones de amor a quemarropa
Canciones de amor a quemarropa, de Nickolas Butler (Asteroide), es otra de esas joyas que Libros del Asteroide –algún día nos explicarán su secreto– trae a nuestro país, una magnífica novela.
Se trata de una historia sencilla, profunda y de personajes muy reales. El argumento narra el reencuentro de cuatro amigos de infancia para una boda, en un pueblecito de la América profunda.
Uno de ellos se quedó en el pueblo y se casó con su primera novia, mientras que los otros se fueron lejos buscando fortuna. Con suerte desigual. Uno es vaquero de rodeo, otro agente de bolsa y el cuarto, una estrella del rock.
Butler combina con habilidad los pequeños detalles cotidianos con los grandes temas literarios clásicos... y consigue tejer, además, una sutil red de complicidades y relaciones entre los personajes que atrapa al lector.
El texto es ingenioso, con diálogos chispeantes, sorprendente para una novela de debut. Hay mucha madurez tras la escritura.
El autor, el norteamericano Nickolas Butler, es uno de esos casos de película. Ha hecho de todo hasta publicar: ha sido vendedor callejero de perritos calientes, empleado de un Burger King, gerente de un hotel de tres al cuarto, mozo en un tostadero de café... Una biografía casi tan seductora como su obra.
2. El regreso de El Lobo
España es un país que olvida fácilmente. ¿Se acuerdan ustedes de Mikel Lejarza, alias El Lobo? A muchos ese nombre no les dirá nada pese a que estuvo infiltrado durante años en ETA político-militar y fue el responsable del desmantelamiento de la cúpula de la banda, en 1975, y de la detención de más de 150 de sus militantes.
Ahora, Rocaeditorial nos lo devuelve como protagonista de la novela El regreso de El Lobo, escrita porFernando Rueda, una de las escasas personas que lo conoce y mantiene el contacto con él, además de ser uno de los mejores especialistas españoles en temas relacionados con el espionaje.
Tras aquella infiltración en ETA, Lejarza pasó definitivamente a la clandestinidad, se sometió a una operación de cirugía estética para alterar su rostro y cambiar de identidad e inició una nueva vida lejos de posibles venganzas.
Sin embargo, aun cuando siguió infiltrándose en grupos mafiosos y terroristas, su estela se fue desvaneciendo hasta convertirse en una de las mayores leyendas de la historia del espionaje español.
Pero si decayó el protagonismo público de Mikel Lejarza, su figura no ha perdido ni un ápice de atractivo. Fernando Rueda lo resucita en este trepidante thriller que se plantea cómo se infiltraría un occidental en la cúpula de una organización tan hermética como Al Qaeda.
El regreso de El Lobo está ambientada treinta años después de aquellos hechos en el País Vasco y empieza con el atentado contra las Torres Gemelas, el 11-S. Cansado de tantos años de infiltración y decepcionado por el trato recibido por el gobierno español, El Lobo se ha instalado en Dubái, con la identidad falsa de Sharif, donde trabaja como especialista en Internet para una célula de Al Qaeda.
En paralelo vemos los esfuerzos de la CIA por infiltrarse en ese grupo islamista. El encuentro entre la agente responsable de la operación y Mikel parece inevitable. Y será uno de los ejes de la novela.
Los datos que ofrece Fernando Rueda sobre el pasado de El Lobo son reales pero los mezcla tan bien con la ficción que siempre nos queda la duda de en dónde empieza una y acaba la otra.
3. La estrategia del pequinés
La estrategia del pequinés, de Alexis Ravelo (Alrevés), recibió el pasado verano elPremio Hammett de la Semana Negra de Gijón a la mejor novela negra escrita en español en 2013. Lo merece.
Hace unas semanas se presentó en sociedad la edición argentina. Y habrá más. Además, los derechos para cine o TV están ya vendidos o a punto de venderse porque había una oferta firme.
Alexis Ravelo nació en Las Palmas, estudió Filosofía y es un conocedor muy profundo de la gran literatura... y del género negro. Una rara avis.
Lo recomendamos en el programa cuando solo editaba en Canarias. Llámennos adelantados. Vayan a su librería o a Internet y encarguen su serie La iniquidad, dos novelas editadas por Anroart, La noche de piedra y Los días de mercurio, que son dos muestras de escritura poderosa, apasionante y apasionada.
La estrategia del pequinés es novela negra pura y dura que se englobaría en la corriente de historias de delincuentes. Narra las peripecias de un grupo de perdedores que planean dar un palo al testaferro del señor de las drogas de las islas.
Lo mejor es el trío principal. El Rubio es un antiguo delincuente rehabilitado que necesita dinero para un intento final por salvar del cáncer al amor de su vida. El Palmera es un parado que solo quiere abrir su propia cafetería, con la que lleva soñando toda la vida. Cora es una prostituta de lujo que empieza a envejecer y quiere garantizarse una vejez sin agobios y sin camas mercenarias en fonduchas de mala muerte.
La coctelera con todos esos ingredientes la maneja un escritor con oficio y con una endiablada facilidad para captar la atención del lector y llevarlo por el lado salvaje de la vida, que diría Lou Reed, aunque a Alexis Ravelo, seguramente, le gustaría más una cita salsera con la firma del gran Rubén Blades: «si naciste pa martillo, del cielo te caen los clavos».
4. El séptimo niño
Con la avalancha de novelas negras escritas por escandinavos se hace muy difícil elegir. Uno de los métodos de selección pueden ser los premios. Quizás ustedes no hayan oído hablar del premio Glass Key, pese a que lo han obtenido autores del prestigio deHenning Mankell, Stieg Larsson, Arnaldur Idridadson o Karin Fossum, entre otros.
Cada año, en los países escandinavos, Dinamarca, Suecia y Noruega, y en sus vecinos, Finlandia e Islandia, se elige la mejor novela policiaca escrita por un autor de la zona y se le otorga el premio Glass Key, cuyo nombre –La llave de cristal– homenajea a Dashiell Hammett el padre del género negro.
En 2010 ganó el danés Erik Valeur con El séptimo niño, que edita Maeva, una editorial que nos sorprende periódicamente con buenos títulos rescatados en un mercado en el que parece imposible poder competir con los gigantes europeos de la edición, siempre a la búsqueda de bestsellers. Es lo que tienen las modas.
El séptimo niño es tan original como difícil de explicar. Arranca con un cuerpo en una playa, cerca de un orfanato, y con unas cartas anónimas que reciben seis de los antiguos acogidos en aquel centro.
El orfanato guarda muchos secretos sobre el origen de algunos niños y un periodista de investigación está dispuesto a desenredar la madeja.
Por lo demás, mantiene las constantes que han hecho de la novela negra escandinava una referencia internacional: tramas complejas, crítica social, personajes atractivos y una endemoniada habilidad para saber transmitir la frialdad del paisaje, omnipresente en buena parte de la producción que nos llega desde allí.
5. Tesla y la conspiración de la luz
Tesla y la conspiración de la luz, de Miguel Ángel Delgado (Destino), es una de las apuestas españolas en ese sorprendente subgénero que se ha llamado steampunk, que vendría a ser una especie de «ciencia ficción del pasado». Se basa en máquinas futuristas situadas en las épocas victoriana y eduardiana, tecnología de vapor de la que toma la palabra inglesa steam.
Nikola Tesla (1856–1943) fue un inventor, ingeniero mecánico, ingeniero electricista y físico de origen serbio y nacionalidad norteamericana, que se convirtió en uno de los grandes impulsores de la electricidad comercial. Es famoso por sus revolucionarias invenciones en el campo del electromagnetismo y por su enemistad con Thomas A. Edison, otro genio más hábil en el cuerpo a cuerpo empresarial –ya me entienden– y, a lo que parece, con menos escrúpulos.
En Tesla y la conspiración de la luz, un joven piloto oceánico descubre que Edison no es el inventor de una tecnología que ha revolucionado el mundo, sino que es el olvidado Tesla. Hay un montón de intereses económicos en juego para que se mantenga esta situación.
El joven entra en contacto con un grupo clandestino que reivindica la memoria de Tesla. mientras un grupo de radicales teslianos prepara un atentado el día del funeral de Edison, al que asistirán jefes de estado de todo el mundo.
Original y muy divertida.
6. Oigo sirenas en la noche
Oigo sirenas en la noche, de Adrian Mckinty (Alianza), es la segunda entrega de una interesante serie negra situada en los años más duros de la guerra civil que se vivía en Irlanda del Norte en la década de los 80 del siglo pasado.
Lo más atractivo, el gran hallazgo de Mckinty, es el protagonista, el inspector Sean Duffy, un investigador de la policía, católico y norirlandés. Para sus compañeros, mayoritariamente protestantes, es un católico y no se sienten cómodos con él. Para los católicos, es un policía y, por tanto, un servidor de los británicos y de los protestantes.
Un punto de partida fantástico enmarcado, repito, en los años de plomo de los 80.
La novela arranca con el hallazgo de un tronco humano en una maleta. Ha estado congelado por lo que es imposible fijar la fecha de la muerte. La única pista que tiene Duffy es una vieja cicatriz de metralla.
Lo edita Alianza. Quien quiera apostar por unas horas de tensión, tiene a su disposición la primera novela de la serie, publicada el año pasado y titulada Cold Cold Ground.
7. El huérfano
Esta novela nos propone un viaje alucinante a Corea del Norte y fue una de las obras más destacadas en el mercado anglosajón el año pasado, ya que recibió el Premio Pulitzer de ficción y quedó finalista del Premio del Círculo de Críticos de Estados Unidos. Es difícil encontrar un mejor aval.
En el colmo de las casualidades, la publicación en España de El huérfano, de Adam Johnson(Seix Barral), coincidió hace unos meses con un tema que sacudió la actualidad internacional: el secuestro de ciudadanos japoneses por parte de Corea del Norte para utilizarlos como profesores en sus escuelas de espías.
Narra la historia de un chaval de 14 años que es reclutado por el ejército norcoreano para una unidad de túneles –cuya construcción llega a las puertas de Seúl, en el Sur– y que asciende poco a poco en el escalafón de la Inteligencia militar. Acaba convirtiéndose en un especialista en secuestros y asesinatos.
Retrata con un realismo opresivo la vida cotidiana en aquel país y demuestra lo difícil que es la convivencia con la paranoia institucionalizada.
8. La chica de ojos verdes
Lo de segundas partes nunca fueron buenas no siempre se cumple. Por eso seleccionamos esta novela irlandesa cuya primera parte ya recomendamos en JELO, Las chicas del campo.
La chica de ojos verdes, de Edna O’Brien (Errata Naturae), nos lleva a una Irlanda eminentemente rural y muy, muy conservadora y católica.
En la anterior, las dos protagonistas, Caitlin y Baba dejaban el ambiente rural asfixiante para emigrar a Dublin. Esta segunda entrega narra sus peripecias en la capital.
O’Brien crea unos personajes de calado psicológico y teje sus vidas con mimo. En la novela no es tan importante lo que pasa como porqué pasa y cómo pasa. En este sentido, nos devuelve una forma de escribir que se está perdiendo en aras del espectáculo casi visual.
Lo mejor es el contraste entre los dos personajes principales. Caitlin es ingenua e insegura, sobre todo tras la muerte de su madre, su soporte emocional, y se debate entre dos hombres maduros que solo quieren aprovecharse de ella. Baba es todo lo contrario y aprende muy deprisa.
La escritura de O’Brien es clásica, sin florituras ni experimentos estilísticos y pone toda la carne en el asador en la visión que de la vida tienen sus dos protagonistas.
9. La muerte de la bien amada
La muerte de la bien amada, de Marc Bernard (errata naturae), es dura de narices. Y una obra muy bien escrita. Si es usted depresivo o depresiva ni se le ocurra abrirlo. Pero si le van las emociones y le gusta la literatura que es capaz de escarbar en lo más profundo de los sentimientos, no lo dude: este es su libro.
Bernard, francés de origen español, es autodidacta y realiza una dolorosa introspección tras la muerte de su esposa, recorriendo distintos episodios de la vida de esta mujer extraordinaria, una judía de origen austríaco que vivió lo más duro de la historia europea del siglo XX.
10. Galveston
Nic Pizzolatto es el guionista de la estupenda serie de televisión True Detective, y en esta novela se deja notar esa misma desolación ambiental y vital de los personajes.
La historia comienza muy arriba: el matón de una familia mafiosa de Nueva Orleans recibe la noticia de que tiene cáncer de pulmón y le quedan unos meses de vida. Se convierte en un estorbo para su patrón, que decirle darle pasaporte.
En estas, tropieza con una joven desamparada que se convierte en una excusa para redimir errores del pasado. Y ambos inician una carrera por la supervivencia.
Un dato importante es que Galveston (Salamandra) es previa al trabajo de Pizzolatto enTrue detective, con la que comparte el carácter lírico, heterodoxo y duro de la narración y el perfil de perdedores, de verdaderos antihéroes, de los protagonistas.
El realismo crudo con el que retrata el mal en el libro fue lo que atrajo a los productores para encargarle True Detective.
En Francia, Galveston ganó en 2011 el premio a la mejor primera novela extranjera.
11. El último verano en la isla
Una vez el autor tiene la idea y el argumento más o menos desarrollado se enfrenta a la primera gran decisión de la obra: la elección de la persona del narrador, «¿escribiré la novela o el cuento en primera o en tercera persona?».
Recibo muchos emails de oyentes que escriben y que se enfrentan a ese dilema que es fundamental para llevar a buen puerto la historia que están creando.
Hay muchos estudios sobre las ventajas y desventajas de narrar la historia en primera persona –pensemos, por ejemplo, en muchos clásicos de la novela negra, en El guardián entre el centeno, o en algunos de los mejores cuentos de Poe– provoca esa identificación inmediata con el protagonista... pero tiene limitaciones en lo que hace a ciertos hechos o personajes, para los que lo ideal es la tercera persona.
Hay muchas combinaciones, imposibles de resumir en los pocos minutos de un programa de radio. Los que hemos escrito sabemos que te puedes meter en un berenjenal si te equivocas al elegir.
Es bastante conocido el caso de John Irving, que escribió una de sus novelas más personales, Hasta que te encuentre, en primera persona y una vez entregado el manuscrito a la editorial probó –por curiosidad– cómo funcionaba en tercera. Y le gustó más. Reescribió el libro por completo. Y son 1024 páginas en la edición española de Tusquets.
¿Qué tiene de especial El último verano en la isla, de Johan Theorin (Roja y Negra)?
Pues la fórmula escogida: un narrador omnisciente en tercera persona que construye el relato a partir de los puntos de vista de cada uno de los personajes: Gerlof, un octogenario que es –digamos– el protagonista y el investigador de esta inusual novela negra, Jonas, un adolescente, Lisa, una cantante con doble personalidad que es contratada para actuar en un complejo turístico en la isla de Oland, y El Retornado, un oscuro personaje que fue asesino del KGB en la antigua Unión Soviética.
Además, entrelaza dos historias en el pasado y en el presente muy bien trabajadas ambas. Cada una por separado tiene entidad e interés, cosa que no siempre sucede.
Es la cuarta entrega y la más reciente de una serie titulada El cuarteto de Oland, editada por Roja y Negra. Puede leerse por separado sin problemas, aunque al principio nos bailen un montón de nombres suecos.
Como simple pincelada argumental, digamos que la historia arranca con la misteriosa desaparición de un carguero y el asesinato de sus tripulantes, frente a la isla de Oland, un enclave turístico muy cotizado en la costa de Suecia. «Y hasta aquí puedo leer».
Theorin es de los novelistas más personales e interesantes del panorama policiaco escandinavo.
12. El caso del mago ruso
No es una novedad de este año, así que a lo mejor lo tienen que encargar en su librería si les interesa el tema. Y si les gustan los misterios «a lo clásico». Acabé en ella mientras me documentaba para un trabajo sobre el protagonista de la historia, un personaje real.
El caso del mago ruso, de José María Fernández-Luna (Ediciones B), es un libro muy curioso porque el personaje principal, Ramón Fernández-Luna, fue el tío abuelo del autor. No son habituales las novelas escritas por familiares directos de los protagonistas.
Ramón Fernández-Luna fue uno de los policías españoles más destacados de las primeras décadas del siglo XX. Conocido como «el Sherlock Holmes español» fue el primer jefe de una Brigada de Investigación Criminal. Además, creó y dirigió en Madrid una de las agencias de detectives privados más importantes de los años 20 y 30.
Usando hechos reales, José María Fernández-Luna publicó el año pasado esta novela El caso del mago ruso, que está situada en 1916. El inspector Fernández Luna recibe el encargo de atrapar al mago El Gran Kaspar, que ha desaparecido sin dejar rastro de la cárcel Modelo de Barcelona, en donde estaba encerrado acusado de asesinato.
Mezcla personajes y hechos reales con los de ficción, ofrece una recreación detallada de la época y una escritura sencilla –más cercana a la novela de misterio británica que a la novela negra norteamericana– que garantiza unas horas de diversión.
13. Los maletines
Los maletines, de Juan Carlos Méndez (Siruela), muestra un retrato muy poco favorecedor de la Venezuela de Chávez.
Su autor, tan inclasificable como su obra, está afincado ahora en Madrid. Arena negra, una de sus novelas anteriores, fue elegida Libro del año en Venezuela en 2013.
Los maletines narra la historia de un hombre al borde de la ruina, que acepta trasladar maletines desde Caracas a ciudades como Roma, Madrid, Ginebra o París. Nunca debe preguntar por su contenido o sobre el sentido de sus viajes.
Tras tropezarse con un amigo de juventud decide dar un golpe que cambie su vida y la de sus hijos.
Méndez ha construido una obra absorbente, con toques negros mezclados con novela de aventuras clásica y unas pinceladas de picaresca. Destila, además, un humor cargado de mala baba.
14. Nobles y rebeldes
Jessica Mitford era la quinta de seis hermanas de una legendaria familia aristocrática inglesa que, durante los años 30 y 40 del siglo XX, se harían famosas por sus conductas supuestamente escandalosas.
Con el tiempo, Jessica llegaría a convertirse en una de las periodistas más comprometidas y conocidas de su época.
Su libro Nobles y rebeldes (Asteroide) no es una novela aunque lo parece y se lee con la misma pasión. Por eso la hemos incluido en este apartado.
Se trata de un inteligente y divertido relato de su infancia y juventud, pero también es el retrato de una familia muy poco convencional, que consideraba que a las mujeres no hacía falta enviarlas al colegio –que bastaba con que recibieran clases de equitación, piano y francés– o que los avances médicos eran supersticiones sin fundamento.
Para Jessica, su familia era tan peculiar como asfixiante y por eso decidió abandonarla pronto: se escapó a España cuando era muy joven, con su novio, un sobrino de Churchill, a luchar en la Guerra Civil; el consiguiente escándalo, que incluyó el envío de un destructor británico para recuperar a los dos prófugos, inspiró algunos de los pasajes más divertidos y mordaces de este libro.
Les presento al resto de las hermanas. Nancy, la mayor, hizo carrera literaria y fue amiga de Evelyn Waugh.Pamelase dedicó a los caballos y a la vida campestre. Diana, un bellezón, se casó primero con uno de los Guinness de toda la vida y, después, con el líder de los nazis ingleses, Oswald Mosley. Unity Valkirye era amiga de Hitler y se pegó un tiro cuando Inglaterra declaró la guerra a Alemania. No se mató. Deborah se casó con Lord Cavendish y se acostó con Kennedy.
Un retrato de familia, un libro de aventuras, un ensayo de antropología social, una historia de amor... Nobles y rebeldes es todo eso, además de una deliciosa autobiografía.
15. Un hombre sin aliento
Un hombre sin aliento, de Philip Kerr (RBA), está situada en Berlín, en marzo de 1943. Las temperaturas son gélidas y la moral de los alemanes está por los suelos tras la derrota en Stalingrado. Hay escasez y las noticias que llegan del norte de África no son buenas.
Bernie Gunther, el personaje que protagoniza nueve novelas de una serie que Kerrempezó a escribir en 1989, ha dejado la brigada criminal y trabaja para la oficina de crímenes de guerra.
Llegan informes que hablan de una gigantesca fosa común en un bosque cercano a Smolensko, una zona rusa ocupada por las tropas alemanas. Pero la localización exacta es incierta, hasta que empiezan a aparecer restos humanos en el bosque de Katyn.
Kerr juega en terreno conocido e intenta no salirse de él: el humor cínico de Gunther –un remedo de Philip Marloween el III Reich–, los dilemas morales en medio de la mayor matanza de la historia y una trama negra que se mueve en el ambiguo territorio que separa la realidad de la ficción.