Un adolescente descubre un nuevo planeta realizando unas prácticas escolares

Nuestro protagonista se llama Wolf Cukier y tiene 17 años. Estudia secundaria en Nueva York y tras terminar el semestre optó y consiguió unas prácticas en las instalaciones de la Agencia Espacial Norteamericana, la NASA en Maryland. Su trabajo, bastante monótono, pero imprescindible en astronomía, era examinar las variaciones en el brillo de las estrellas fotografiadas por uno de los satélites de la Agencia que busca planetas extrasolares.

El telescopio TESS basa su ciencia en analizar si hay perturbaciones en la luminosidad de las estrellas y si pueden estar causadas por el tránsito de un planeta entorno a ellas.

Al tercer día de prácticas, Wolf encontró una rareza en uno de los sistemas estelares observados. Sin entender muy bien qué estaba observando, anotó diez asteriscos junto a las notas que tomaba. Pensó que era una interacción entre dos estrellas, que se eclipsaban, pero los datos no encajaban.

Lo que había descubierto en su tercer día en la NASA, era la existencia de un planeta extrasolar en una constelación austral llamada Pictor o Caballete de Pintor, a 1300 años luz de nuestro sistema solar. El nuevo planeta es el décimo tercero de su clase descubierto hasta la fecha; es unas siete veces más grande que la Tierra, de un tamaño aproximado entre Júpiter y Saturno. Su sistema es binario: cuenta con dos soles que orbitan entre sí cada 15 días.

El hallazgo del joven Wolf ya forma parte de la literatura científica de la NASA y por supuesto, él ha encontrado su vocación definitiva de astrónomo.