21 de septiembre, el Día Internacional del Alzheimer

La crisis sanitaria ha multiplicado el deterioro de los enfermos de alzheimer

Son las víctimas olvidadas de la crisis sanitaria. La evolución de su enfermedad, para la que aún no existe cura, depende de la estimulación física y cognitiva. Durante el confinamiento, la paralización de todos los servicios de rehabilitación ha empeorado la situación de estos enfermos avanzando su deterioro. España mantiene una de las mayores tasas de alzheimer del mundo, debido al alto envejecimiento de la población. Un 17% de los mayores de 65 años y casi un tercio de los mayores de 85 años padecen Alzheimer

Belén Gómez del Pino

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Llevar la situación, dicen familiares y cuidadores, no ha sido fácil. El confinamiento, el cierre de centros de día, han roto las rutinas, provocando un aumento en los episodios de apatía, agitación o agresividad en los enfermos. En algunos casos el deterioro se ha acelerado. En otros se ha perdido movilidad. En casi todos se ha recortado tiempo. “No entendían el por qué de romper con las rutinas de un día para otro y eso generó muy pronto un temor en ella. Estaban como dispersos, desubicados. En muy poco tiempo se notó una pérdida de las capacidades que tenían”, cuentan algunos familiares.

Estos enfermos no comprenden la situación. Se hace muy complicado mantener con ellos las distancias sociales y, como explica Andrés Navarro, neuropsicólogo de la Fundación Alzheimer España, tampoco pueden memorizar las medidas sanitarias, como el uso de mascarillas o el lavado de manos, “sobre todo las personas con la enfermedad en un estado más avanzado. Ver a personas de su entorno o de su familia con una mascarilla puesta colabora a la desorientación”.

Por eso los familiares temen que un nuevo confinamiento empeore aún más las cosas. “Gestionar un nuevo confinamiento para mi madre sería desastroso. Ha avanzado tanto la enfermedad que hoy por hoy no es ni la sombra de lo que era. Volvernos a encerrar con ella, como está, que cada día la vemos peor, perdiendo agilidad, con la tristeza que tiene, no quiero ni pensarlo”

La crisis sanitaria ha cancelado las consultas médicas, ha impedido el acceso de los pacientes a las terapias, se han interrumpido los ensayos clínicos. En casa ha habido que redoblar esfuerzos para seguir estimulando a los enfermos, pero siempre con una línea roja, recuerda Esther Arnaz, portavoz de la Fundación Alzheimer “Hay que recordarles quienes son, pero sin olvidar que no son niños y no necesitan una estimulación constante, pero sí de una forma sutil, que mantengan todas las rutinas que puedan”

En tiempo de crisis sólo la adaptación a la nueva situación permite saltar obstáculos. Por eso desde la Fundación Alzheimer España han tirado de nuevas tecnologías para estimular a sus pacientes. Terapeutas y enfermos unidos por una cámara web

España es uno de los países del mundo con mayor proporción de casos de alzheimer, debido a que estamos a la cabeza en esperanza de vida. La Sociedad Española de Neurología calcula que hay unos 800.000 enfermos de alzheimer cree que la prevalencia puede duplicarse en dos décadas por el envejecimiento de la población.

Esta demencia comienza a dañar el cerebro unos veinte años antes de que se desvelen los primeros síntomas. Hoy por hoy el alzheimer no tiene cura, aunque hay en desarrollo 136 ensayos clínicos en los que se está probando la eficacia de 121 medicamentos. 29 de ellos están ya en la última fase de investigación.

Tampoco hay certezas sobre el origen del alzheimer. La única evidencia es que el cerebro afectado se va llenando de depósitos anómalos de una proteína llamada beta-amiloide, que resulta altamente tóxica para las neuronas, las células nerviosas encargadas de controlar las funciones del organismo