Una dieta rica en grasas favorece el picoteo, los atracones y las comidas alteradas
Ratones alimentados con productos ricos en grasas o chocolate han desarrollado comportamientos alimentarios anormales, como el picoteo, los atracones y alteraciones en sus patrones de alimentación, según una investigación del Centro de Regulación Genómica (CRG) y de la Universidad Pompeu Fabra (UPF).
Los resultados de la investigación, que publica la revista 'Addiction Biology', ayudan a explicar algunos comportamientos que desencadenan obesidad y apuntan hacia nuevas ideas para prevenir el aumento de peso. Según los investigadores, la obesidad es un problema creciente agravado por el fácil acceso a alimentos altamente calóricos y apetecibles (conocido como un 'ambiente obesogénico'), pero, aunque comer demasiado conduce a aumentar de peso, se sabe poco sobre los comportamientos subyacentes que conducen a comer en exceso.
Para imitar este ambiente obesogénico, los equipos liderados por Mara Dierssen (CRG) y Rafael Maldonado (UPF) ofrecieron a los ratones la opción de una dieta alta en grasa, conocida como 'dieta de cafetería', o una mezcla de chocolatinas troceadas junto a su comida habitual. Después, hicieron un análisis detallado de la actividad de los animales y sus patrones de alimentación y descubrieron que, además de volverse obesos, los ratones comenzaron muy pronto a mostrar conductas de atracones y signos de comportamiento adictivo en respuesta a estos tentadores alimentos.
Por ejemplo, al ofrecerles chocolate sólo durante una hora al día, los animales comían compulsivamente, ingiriendo tanto chocolate en una hora como el que comerían en todo un día si este estuviera continuamente disponible. También mostraron comportamientos inflexibles, similares a los que se ven en la adicción, eligiendo esperar al chocolate mientras ignoraban el pienso estándar disponible, y al mismo tiempo, el chocolate parecía saciarles menos que su comida habitual.
Descubrieron que los animales con dietas altas en grasa o chocolate también cambiaban sus rutinas y era más probable que comieran durante el día (los ratones suelen alimentarse de noche) y hacían ingestas más cortas y frecuentes o 'picoteos' en lugar de comidas más abundantes y espaciadas en el tiempo.
Según Maldonado, jefe del Laboratorio de Neurofarmacología de la UPF, un problema importante para tratar la obesidad es la alta tasa de recaídas a los hábitos alimenticios anormales tras mantener durante un tiempo una dieta equilibrada.
Por eso, evaluaron esta recaída y descubrieron que el acceso a las dietas hipercalóricas afecta al control de la conducta de búsqueda de alimento y tiene efectos nocivos sobre el aprendizaje, la motivación y la flexibilidad del comportamiento. "Nuestros resultados revelan que la exposición prolongada a dietas hipercalóricas afecta a la capacidad de controlar el comportamiento alimentario, lo que genera efectos negativos en los procesos cognitivos responsables del control racional de la ingesta de alimentos", según Maldonado.
"La obesidad no es solo una enfermedad metabólica, es un problema de comportamiento. A las personas con sobrepeso u obesidad generalmente se les dice que coman menos y se muevan más, pero esto es demasiado simplista", ha señalado Mara Dierssen, jefa del grupo Neurobiología Celular y de Sistemas en el CRG.
"Necesitamos observar todo el proceso. Al comprender los comportamientos que conducen a la obesidad y al detectar los signos reveladores tempranos, podríamos encontrar terapias o tratamientos que eviten que la gente tenga sobrepeso en primer lugar", ha concluido Dierssen.
Los científicos ahora están expandiendo su investigación a un mayor número de animales, y también están planeando un estudio para observar comportamientos similares a las adicciones en personas obesas para ver cómo sus resultados se traducen en los humanos.