Bacchetta y sus colegas de la Universidad de Columbia han publican este martes un estudio en 'Nature Communications' que demuestra que una técnica de circulación cruzada puede mantener los pulmones durante 36 horas, lo que brinda a los médicos tiempo para rehabilitar los pulmones y probar nuevas intervenciones. Los pulmones regenerados también cumplieron con los criterios para el trasplante, lo que no es posible con los métodos actuales que aportan a los médicos unas seis horas para evaluar los pulmones y no hay tiempo suficiente para rehabilitarlos.
"Nuestro trabajo ha establecido un nuevo punto de referencia en la recuperación de órganos --afirma Bacchetta--. Ha abierto nuevos caminos para la aplicación traslacional y la exploración de la ciencia básica. Literalmente, hemos pasado años refinando esta tecnología para mejorar la recuperación y regeneración de los órganos". También podría estudiarse el nuevo método para otros órganos dañados como corazones, riñones e hígados, agrega.
El estudio de Bacchetta se centró en los pulmones lesionados por aspiración gástrica, o la introducción de material desde el estómago hasta los pulmones, debido a que muchos pulmones rechazados para trasplante tienen aspiración gástrica o un tipo similar de lesión cáustica.
Su método de estudio para regenerar los pulmones en modelos animales dio como resultado una mejora significativa de la función pulmonar, la regeneración celular y el tiempo para desarrollar herramientas de diagnóstico para la evaluación y reparación de órganos no invasivos.
A medida que los médicos refinan la nueva técnica, Bacchetta prevé ampliar la ventana de 36 horas para trabajar en los órganos durante días o incluso semanas, lo que permite más tiempo no solo para rehabilitar los órganos, sino también para explorar nuevas técnicas de reparación.
"Nos guiamos no solo por la necesidad clínica, sino también por una necesidad científica básica de poder crear un sistema que proporcione un soporte fisiológico duradero para que el órgano se regenere", apunta Bacchetta. Se requerirá más estudio para determinar cómo de bien funcionan los pulmones rehabilitados, la seguridad del método y cómo responden los pulmones a los fármacos inmunosupresores administrados después del trasplante.
"El doctor Bacchetta y sus colegas lograron un avance crítico que podría aumentar la cantidad de órganos disponibles para el trasplante y lograr el objetivo de que ningún paciente muera a la espera de un órgano", afirma Seth Karp, profesor y presidente de la Sección de Ciencias Quirúrgicas.