Se cree, según numerosos estudios realizados, que la acumulación de esta proteína en el cerebro es una señal del desarrollo de párkinson. En los cerebros que tienen párkinson se observa que esta proteína se va acumulando en agregaciones insolubles, siendo un marcador típico.
Se piensa que estos agregados que aparecen, y que puede estar dentro de las células, hacen que el funcionamiento de la neurona sea defectuoso y terminen muriéndose, explicó la doctora Rosario Luquin, especialista del Departamento de Neurología.
Por lo tanto, si el anticuerpo se muestra eficaz conseguiría evitar el acumulamiento de la Alfa-sinucleína y, como consecuencia, la progresión del párkinson. Su detención no permitiría una curación, pero sí mantener la enfermedad en una fase menos incapacitante.
El ensayo, que se encuentra en fase 2B, consiste en una inyección de este anticuerpo cada cuatro semanas durante un total de 52. Se trata de un tratamiento que, con resultados positivos, podría comercializarse en el futuro y el paciente continuaría con la misma periodicidad de la terapia de forma permanente.