Ha empezado la luna este 2024 dejándonos ver las estrellas, en el cuarto creciente que el próximo jueves 11 de enero se convertirá en la primera luna nueva del año. La primera luna llena, la luna del lobo, llegará el jueves 25. El miércoles 3 atraviesa la Tierra el perihelio: el punto más cercano en su órbita anual entorno al sol, que no es redonda sino elíptica. En ese momento nos separan de nuestra estrella 147 millones de kilómetros aproximadamente y aunque no lo notemos, esa aproximación provoca una ligera aceleración de la velocidad de órbita: Se mueve nuestro planeta a 30,29 kilómetros por segundo.
Los planetas. La apuesta son Mercurio, Júpiter y Saturno
Vamos a los planetas. Oportunidad en enero, con cielo libre de nubes y horizonte despejado, para buscar a Mercurio sobre el horizonte este-sudeste, al caer la tarde. Comienza el mes en Ofiuco, la constelación que se sitúa entre Escorpio y Sagitario. Por ambas transitará el mensajero de los dioses. Es buen mes para buscarlo porque sube de brillo hasta -0,3. Aprovechemos también para buscar a Venus que hasta junio irá perdiendo progresivamente sus posibilidades de observación, ya que llega entonces su conjunción solar. De momento sigue brillando en el pre amanecer con magnitud de -4. A finales del mes será lucero del alba, saliendo sólo media hora antes que el Sol.
Marte vuelve a ser esquivo este mes y no lo vamos a recuperar hasta el próximo 20 de febrero. Júpiter y Saturno sí son buena apuesta en la primera mitad de la noche. El gigante gaseoso en Aries, sobre el horizonte sur sureste y magnitud de -2,6; el anillado bajando en altura entre las estrellas de Acuario. Con brillo de 0,9 irá reduciendo posibilidades de observación y sus anillos van perdiendo inclinación hasta convertirse, desde nuestra perspectiva, en una tenue línea que divide el planeta.
Enero nos deja un par de lluvias de estrellas. Las primeras, las Cuadrántidas, con máximo en la madrugada del día 4 y radiante al norte de la constelación de El Boyero. El día 17 llegan las fugaces Delta Cránidas, consecuencia del paso de la Tierra por la estela de polvo dejada por el cometa C/1931 P1 Ryves.
El espectacular cielo de invierno
No pierdan la oportunidad, si se les presenta, de asomarse al cielo nocturno invernal, uno de los más hermosos del año. Con la posibilidad de buscar nuestra galaxia gemela, la espiral M31, la gran galaxia de Andrómeda. Es visible con telescopio y no demasiados aumentos. Y a ojo desnudo, están en todo su esplendor las constelaciones de Orión, con su nebulosa y su cinturón: las llamadas popularmente Las Tres Marías (Alnilam, Alnitak y Mintaka). Y por supuesto el hermoso cúmulo abierto de Las Pléyades, sobre el lomo de la constelación de Tauro.
Enero además nos deja cada día un poco más de luz. Del 1 al 31 de enero ganamos 44 minutos a la noche.
Felices primeras estrellas del año.