Por este grave problema que suponen ya los miles de kilos de toallitas que se tiran por el inodoro, es por lo que los propios fabricantes han establecido que las toallitas tendrán que cumplir 5 pruebas en laboratorio hasta considerarse biodegradables y desintegrables. Es decir, que de verdad no afecten al medio ambiente.
Con este Código de Buenas Prácticas se asegurará también el etiquetado para que no sea confuso. El lema es: por el medio ambiente, la toallita a la papelera". De manera que al inodoro sólo podrá ir el papel higiénico húmedo y después de haber pasado estos 5 controles previos en su fabricación, para determinar que de verdad se desintegra. El mal uso de las toallitas nos cuesta a todos más de 200 millones de euros anuales.