A pesar de que los nadadores olímpicos han admitido que lo hacen, hacer pis en la piscina no es una práctica justificada, puesto que la orina contribuye a la formación de compuestos en el agua de la piscina que pueden ser dañinos para la salud de las personas.
Ahora, un equipo de científicos está abordando una nueva forma de monitorear la calidad del agua: medir lo dulce que es. Para estimar la cantidad de orina --y potencialmente de DBP que podría haber en una piscina concreta, el equipo de Li necesitaba identificar qué compuesto podría estar presente de manera consistente en la orina. Los investigadores se volcaron en el edulcorante artificial acesulfamo de potasio (ACE), que se comercializa como Sunett y Sweet One.
El edulcorante, que se utiliza a menudo en alimentos procesados como sodas, productos horneados e, incluso, en otros edulcorantes, es ampliamente consumido, químicamente estable y pasa a través del tracto digestivo y por la orina de los consumidores.
Los científicos desarrollaron una técnica analítica rápida y de alto rendimiento para estudiar más de 250 muestras de agua de 31 piscinas y jacuzzis usados activamente en dos ciudades canadienses y más de 90 muestras de agua de grifo limpia empleadas para llenar inicialmente esas cuencas. Los investigadores encontraron estos edulcorantes en las 31 piscinas analizadas, según explica The Guardian.
La concentración de ACE en las piscinas y jacuzzis osciló entre 30 y 7,110 nanogramos por litro de agua, hasta 570 veces más que los niveles encontrados en las muestras de agua del grifo.
En base a las concentraciones del edulcorante, los científicos estimaron que los nadadores liberaron más de 7 galones (26,5 litros) de orina --lo suficiente para llenar una papelera de tamaño medio-- en una piscina de 110.000 galones (416.400 litros) en un caso, y casi 20 galones (75,7 litros) en una piscina de 220.000 galones (832790 litros) --un tercio del tamaño de una piscina de tamaño olímpico-- en otro caso.