Pocas personas a las que apasiona la ciencia y la tecnología no conocen a Sara García. La leonesa ha dedicado 12 años a la investigación oncológica en el campo de la biología molecular y recientemente ha dado un salto ‘espacial’ al aprobar las pruebas para convertirse en astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Un salto que le ha valido para que su labor sea más reconocida de manera nacional y poner nombre y descripción a una de nuestras heroínas de la ciencia, llegando incluso a inspirar a nuevas generaciones. “Me parece bonito que las siguientes generaciones tengan una referencia en la ciencia, que no lo vean ajeno”, asegura Sara García en el evento ‘Metafuturo’, organizado por Atresmedia.
“Si está en mi mano servir a esas nuevas generaciones, para inspirarles, para animarles a perseguir la ciencia y la tecnología, es un orgullo”, comenta Sara García, que subraya que el nombramiento de Pablo Álvarez y el suyo propio como astronautas de la ESA supone “aliento”, “positividad”, un aspecto para ver “que se puede conseguir llegar lejos”.
Se puede investigar el cáncer desde el espacio, con nuevos materiales, todo ello se traslada aquí para el beneficio de la humanidad".
Pese al esfuerzo, hay una realidad en España: solo un 7% de los niños y un 1% de las niñas eligen profesiones relacionadas con la ciencia. Sara García considera que ayudaría “darles ejemplos, referentes con los que compartir en lo que consiste esta profesión”: “A través de la física, de matemáticas, de la biología se pueden trabajar en análisis de datos, hacer medicamentos, programar videojuegos… Esto no les llega y eso hace que hoy en día digan ‘uy, matemáticas, por ejemplo, eso es muy complicado’”.
Los retos de la carrera espacial
La carrera espacial vive un momento especial, con una evolución constante, mientras que Sara García ve su carrera personal con el objetivo de “fusionar” sus dos profesiones: “Mi objetivo sería fusionar mis dos profesiones. Se puede investigar el cáncer desde el espacio, con nuevos materiales, todo ello se traslada aquí para el beneficio de la humanidad”.
Desde los sistemas de guiado, el GPS o sistemas que detectan enfermedades, la tecnología del espacio siempre se traslada al uso práctico y útil para las personas, un aspecto que defiende Sara García.
Los empleos del futuro
En cuanto a los empleos que puede traer el futuro a cuenta de la carrera espacial, Sara García entiende que con el “conocimiento básico” se establecen los pilares sobre los que se puede situar todo, aunque por otro lado asegura que muchas profesiones del futuro “no existen todavía”.
En este sentido, la bióloga molecular se remite a que hace años no conocíamos la Inteligencia Artificial y hoy casi forma parte de nuestras vidas. “No conocíamos la IA y ahora saber hablar con una máquina es algo que buscamos. Hay multitud de profesiones, pero ese avance de la IA y análisis de datos deriva de un conocimiento básico”.
No obstante, subraya que esto se irá “modelando” en función de lo que la sociedad necesite, de la mano de la tecnología. A raíz de esto, señala que no concibe la ciencia sin las humanidades: “Dividir letras y ciencia me parece una división errónea de base”.
Por último, Sara García habla del entrenamiento que le espera a partir de la próxima semana en Colonia, en el Centro Europeo de Astronautas. “Serán dos meses y es un entrenamiento básico que reciben todos. Hay formación teórica, entrenamiento en piscina para simular condiciones del espacio, también de supervivencia en frío en Pirineos seguramente y mucho gimnasio y psicología”.