La nueva configuración del puente, que mantendrá el espíritu medieval de la construcción, contará con un arco central ampliado a 12,5 metros para permitir el paso de cargueros de más de 2000 toneladas por el río Escalda en su trayecto hacia o desde el puerto francés de El Havre, indicó el diario "Le Soir".
La reconstrucción de los arcos con hormigón armado y revestimiento de piedra en 1948 ha dificultado las operaciones de derribo, que se espera sean completadas a finales de esta semana, señaló la agencia Belga. Los responsables de la obra han tomado precauciones para recuperar las piedras que caigan al cauce del río y esperan recabar unas 3500 toneladas de materiales que serán reutilizados en la reconstrucción del puente.
La promesa de reconstrucción, que está previsto que concluya en 2021, no ha tranquilizado no obstante a muchos vecinos de Tournai, que de forma numerosa han expresado su pesar desde que empezaron las obras el pasado viernes. Muchos han contemplado con "resignación" y "consternación" la demolición de un símbolo de la ciudad e incluso han considerado una "vergüenza" que vaya a quedar modificado por razones económicas, explicó Chantale, habitante de Tournai, al diario "Le Soir".
La página web de turismo de Tournai indica que el puente, uno de los "más prestigiosos vestigios de la arquitectura medieval de Bélgica", fue erigido de 1281 a 1329 como parte de la segunda muralla que protegía la ciudad.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial el arco central fue dinamitado y, durante su reconstrucción en 1948, el puente se elevó 2,40 metros respecto de su estructura original para facilitar ya la navegación y la economía fluvial.