Cuando uno crece rodeado de Totems, Zonas 84, DosieresNegros, Cimocs, Comix Internacional, El Víbora, Vampirellas, FamousMonsters, El Cuervo o las mencionadas Eerie y Creepy…, sin querer ofender a nadie y con permiso de algunos de los más grandes como Vázquez, Escobar o Ibáñez, cuando tu tía te regala con toda su buena fe las historietas de Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Anacleto agente secreto o Rompetechos… la verdad es que se echa de menos algún que otro bicho raro, cabeza decapitada o culo en pompa entre sus páginas. Por aquella época, insisto, no vayan a pensar mal de mí.
Para el que no esté familiarizado con estos nombres, simplemente decirles que todos ellos daban título a revistas para adultos que allá por los setenta y, sobre todo, ochenta, gracias a la liberación que supuso el fin de la censura, tuvieron bastante aceptación entre todos aquellos a los que los tebeos de superhéroes no les hacían ni fu ni fa. Y, de paso, formarían parte de lo que se denominó el boom del cómic adulto en España. Eran publicaciones en donde el terror, la ciencia ficción, lo fantástico y lo erótico tenían cabida en unos relatos no muy extensos y principalmente en B/N.
Los Eerie y Creepy recogían, en sus propias palabras pesadillas gráficas, que eran más bien historias ingenuas y que a pesar de su naturaleza terrorífica, solían arrancarte una sonrisa al final de su lectura. Sonrisa que no evitaba que fueran la causa principal de todas mis fobias del 88 al 92 y que todavía hoy me visitan cuando algún ruido aparece en mitad de la noche. Me van a disculpar, ya estoy otra vez divagando sobre mis cosas en este blog.
Planeta brinda la oportunidad de acercar esas viejas joyas a las nuevas generaciones. Y como diría el Tío Creepy, entrañable personaje que presentaba cada una de las historias que aparecían en la revista, Adelante mis queridos sobrinos, en las páginas que siguen os he reservado unas muy desagradables sorpresas…
Boris Vallejo, Sanjulián, Richard Corben, Esteban Maroto, Corominas, Horacio Altuna, Brocal Remohi, Berni Whrightson, Enrique Breccia, Moebius, Antonio Segura, Josep María Beà, Mike Ratera, Josep Toutain y tantos y tantos autores y editores. Gracias a todos por vuestras increíbles historias y dibujos. Y gracias a mi padre, por hacerse el despistado cuando se los cogía prestados de su armario de dibujo permitiéndome descubrir este apasionante mundo.