Ironías de la vida, el éxito póstumo que consiguieron sus relatos, nada tuvieron que ver con la modesta y breve, brevísima vida (apenas 30 años) que llevó este autor. Aunque, lo cierto es que si pensamos que EEUU no se había desprendido todavía de los últimos coletazos de la Gran Depresión, lo de modesta, me temo que fue algo bastante generalizado. Vamos, que no estaríamos engañando a nadie si afirmásemos que cuando se suicidó, lo hizo con una mano delante y otra detrás. Sí, suena frívolo pero es la pura realidad. Un puñado de relatos, otros tantos poemas y alguna que otra novelita corta. Eso es todo. ¿Todo? Ni mucho menos. Quedaba Conan.
Seguro que han oído en más de una ocasión, eso de que el alumno superó al maestro y patatín y patatán. Pues en esta ocasión sería el personaje quien pudo con su creador. En cierto modo siempre fue así. Conan fue la niña de sus ojos, el personaje al que más tiempo dedicó y al que más cuidó. Era su alter ego y como tal, le dotó de todas las cualidades que Robert anhelaba. Hay quien afirma que acabó renegando de su criatura, justo por eso mismo, porque reunía todo lo que nunca tendría: fuerza, coraje, poder, amantes, riquezas… Tan inmensa fue la luz que creó para su personaje estrella, que incluso después de muerto, siguió brillando. Y de qué manera.
Con desigual fortuna, Conan ha seguido campando por la era Hiboria hasta nuestros días. Y sus historias no sólo se han alimentado del puñado de relatos que Robert E. Howard dejó publicados. Entresacadas de la correspondencia con sus conocidos y no tan conocidos, pero fanáticos del cimmerio todos, se podían atisbar pequeñas pinceladas, minúsculas pistas que permitían sospechar diferentes aspectos de la vida de Conan que nunca llegaron a narrarse. En base a tales despojos, hubo autores que explotaron ese filón devolviéndolo a la vida una y otra vez. El más acertado, sin duda, Roy Thomas (el sucesor de Stan Lee como editor jefe de la Marvel, ahí es nada) que recrearía de forma admirable ese rompecabezas de escenas y personajes. Pero a la hora de dotar de un origen al guerrero,nadie como Kurt Busiek (Astro boy, Marvels junto al dibujante Alex Ross o una de las mejores etapas de Los Vengadores dibujado por el neoyorquino George Pérez) ha podido recoger de manera más fiel y auténtica el legado que Robert E. Howard hubiese querido para su creación.
Nacido en el campo de batalla
Nacido en el campo de batalla es el fruto de un estudio pormenorizado de todos los relatos y referencias a la historia no escrita de Conan que Busiek ha recopilado para reunirlos en una obra magistral. En esta historia descubrimos cómo se forja el carácter del guerrero, su primer amor, sus desengaños, sus pérdidas, pero por encima de todo su tremendo salvajismo. Que por algo es Conan. Y todo ello, ilustrado con un realismo apabullante por los lápices de Greg Ruth. Increíbles algunas flash pages (o ilustraciones a toda página). Terminando, un cómic absolutamente indispensable para todo fanático de Conan y muy, muy recomendable para aquél que todavía no le haya descubierto.
Edición original:Conan: Born on the Battlefield
Publica: Planeta DeAgostini
Guión: Kurt Busiek
Dibujo: Greg Ruth
Formato: Cartoné, 176 págs. Color.
Precio: 18,95 €
El Trono de Aquilonia
Decíamos que uno de los autores que mejor ha sabido recomponer el rompecabezas que suponían los distintos relatos dejados por Robert E. Howard fue Roy Thomas. Pues bien, suya es la historia titulada Conan: El Camino de los Reyes, que supuso el regreso del guionista al personaje al que él mismo dio forma y elevó a los altares del cómic hace ya unas cuantas décadas. Doce números recopilados en dos volúmenes, El Camino de los Reyes y El Trono de Aquilonia que reseñamos aquí. Una historia que sitúa al cimmerio en la etapa final de su viaje por la senda que da nombre al primer volumen. Sin quererlo, Conan se verá inmerso en una conspiración para derrocar al rey de Aquilonia, que le forzará a emprender una huída en la que tendrá que enfrentarse a lo único que pone los pelos de punta a nuestro bárbaro favorito: la magia. Una magia que le obligará a luchar contra muertos vivientes -Conan vs Zombis da para hacer un jueguito de esos de smartphones- que pondrán a prueba los nervios del cimmerio.
En definitiva, una muy buena historia donde veremos a Conan en su más pura esencia y en la que el gran guión de Roy Thomas se ve completado por los dibujos de varios autores que sin ser espectaculares son efectivos a la par que -en ocasiones- efectistas. Eso sí, el número recoge las portadas de los seis números editados en Estados Unidos, dibujadas por Aleski Briclot, que son deliciosas.
Edición original:Conan Road of Kings # 7-12
Publica: Planeta DeAgostini
Guión: Roy Thomas
Dibujo: VV.AA.
Formato: Cartoné, 144 págs. Color.
Precio: 18,95 €