Ant-man (su nombre en inglés, sí, la verdad que es más molón) nació en 1962 de la mano, cómo no, de Stan Lee y Jack Kirby. Su vida como personaje es bastante traumática en lo personal y enrevesada en lo profesional (superheróicamente hablando, ya que han sido hasta tres tipos los que han asumido esta identidad y, lo más desconcertante, dentro del Universo Marvel es conocido no sólo como Hombre Hormiga, también como Hombre Gigante, Goliat, Chaquetaamarilla e incluso Avispa… creedme, mi padre todavía no lo ha entendido y lleva 30 años leyendo sus cómics. Y yo necesitaría un par de entradas para poder explicarlo. Dejémoslo en exigencias del guión). Pues bien, este curioso superhéroe, que llegó incluso a formar parte de los Vengadores, es capaz, que para eso su primer personaje el Dr. Henry ‘Hank’ Pym, era un reputado científico, de reducir su tamaño previa inhalación de gas, ingesta de pastillas o control mental (en origen era el gas pero cincuenta años de vida dan para mucho guionista tocapelotas). Por si eso no fuese suficientemente cool, ayudado por un casco con interfaces cibernéticas, puede comunicarse con las hormigas. Y no hará falta que os explique que si hay algo que temen los supervillanos es una hormiga con mala hostia. En fin, era broma, personalmente es uno de mis súpers favoritos de esa larga lista de personajes e historias que nacieron al amparo de la Guerra fría y de la inminente amenaza nuclear que se palpaba en la sociedad norteamericana. No hay como un clima paranóico para sacar lo mejor de aquellos que pueden. Aunque, claro, virgencita, virgencita que me quede como estoy.
El nuevo origen y la historia en general del personaje, he de ser sincero, me ha decepcionado bastante, pero seguramente, o de eso intento convencerme, sea por los prejuicios que siento hacia su guionista Tom DeFalco. Un tipo con nombre de camorra que lleva toda la vida en el negocio y cuyo mayor logro, salvo contadísimas excepciones, fue ser el editor jefe más rentable de la Marvel, justo antes de mandarla a la ruina y gestionar de la peor manera posible la mayor crisis que ha vivido esta editorial. Ésa en la que vio cómo toda la plana de sus megaestrellas en nómina (Todd McFarlane, Jim Lee…) se largaba para crear su propia editorial Image. ¡Y lo más fuerte es que el tipo sigue trabajando para Marvel! Eso es como si fueras, qué sé yo, el director de un banco y lo llevases a la ruina y todos tuviésemos que pagar por ello. Y tú, encima, te fueras de rositas y una gran multinacional te contratara como asesor…Bueno, este no es un buen ejemplo. A ver éste: Te casas con una princesa, vives a todo trapo y no contento con eso utilizas tu nuevo estatus para llevártelo crudo…No, no tampoco. Me estoy liando. Definitivamente, hoy no ando fino. Lo que quiero decir es que si quieren acercar historias a chavales de quince años, a lo mejor alguien que tiene sesenta y tres no es el más adecuado. En fin, juzguen ustedes mismos, quién sabe, a lo mejor las nuevas generaciones necesitan historias tan simples como ésta porque las buenas tramas andan a la orden del día.
Edición original:Ant-Man: Season one
Publica: Panini Comics
Guión: Tom DeFalco
Dibujo: Horacio Domingues
Formato: Libro en tapa dura, 112 págs. Color.
Precio: 13,95€