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El dolor y la alegría de lo cotidiano en 'Manta Eléctrica', el poemario de Mario Díaz

De soledad no elegida, amor, resentimiento, anhelos de esperanza y otros sentimientos cotidianos de los pasajeros que llenan un autobús de línea cualquiera hablan la poesía y las ilustraciones del poemario 'Manta eléctrica', de Mario Díaz.

EFE

Madrid | 21.06.2024 12:18

El dolor y la alegría de lo cotidiano en 'Manta Eléctrica', el poemario de Mario Díaz
El dolor y la alegría de lo cotidiano en 'Manta Eléctrica', el poemario de Mario Díaz | EFE/Pie de Página editorial

Mario Díaz (Madrid, 1979) acaba de publicar su primer libro pasados los 40 pero no es un recién llegado la poesía: "He sido escritor desde que aprendí a escribir y los largos trayectos en metro y autobús a mis diferentes trabajos como periodista han sido gran parte de mi caldo de cultivo poético", explica a EFE.

'Manta Eléctrica' nace de la necesidad de hablar de "la casa en llamas" en la que se convirtió su corazón en un momento dado (como ilustra en la portada del libro) y del impulso de los editores (los de Pie de Página, a través de su colección Maresía) que habían conocido algunos de sus versos publicados en poemarios colectivos.

Este poemario está "repleto de emociones tan reconocibles y cercanas que cualquier lector podrá identificarse con ellas, sea o no amante del género, gracias al lenguaje sencillo, directo y sin artificios", dice el autor.

Porque "¿quién si no ha pensado alguna vez cosas como las que dicen estos versos?": "Esta canción de odio te la dedico/ Por robarme noches frescas/ y el sabor de las cerezas/ La luz en la madrugada/ La alegría de una huerta/", plantea.

Díaz defiende el poder terapéutico de la literatura y al mismo tiempo la desmitifica: "La poesía está en todas partes, todos llevamos poesía por dentro".

Heredero de la tradición poética española más universal, el autor explica cómo transita en 'Manta Eléctrica' por la melancolía y la tristeza con inocencia, pero también con convicción, "sin pedir perdón ni tampoco pedir permiso, y siempre dejando hueco a la esperanza": "A esta rama seca le queda un latido".