En este caso, investiga el brutal asesinato de una mujer de unos 50 años en su propia casa, que aparece desfigurada. Lo hará con la ayuda de su inseparable compañero, el subinspector Fermín Garzón, pero también de un joven mosso d'esquadra al que pondrán al mando. Algo que no gustará nada a nuestra querida inspectora.
Lo que comienza como un posible caso de violencia de género, termina descubriendo a un asesino en serie. Pese a ellos, el 80% del libro es en tono de humor, algo "cada vez más necesario para sobrellevar el día a día", según Giménez Bartlett.