'Diamante azul', publicada simultáneamente en catalán con el título de 'Diamant blau', abarca las vivencias de la familia Pujolá, especialmente las de sus mujeres. Son mujeres que no siguen las convenciones sociales de la época que les ha tocado vivir. Así, Teresa, hija de tintoreros arraigados en la burguesía industrial de Mataró, no se casará con el hombre que ha dispuesto su familia, sino con Claudio, el lechero del que se ha enamorado y con quien montará un negocio de carne en el mercado municipal.
Con esa decisión, Teresa se apartará definitivamente del mundo en el que ha vivido hasta el momento. “Esta historia me la debía desde hace muchos años, desde que la oía de boca de mi abuela pero nunca me había atrevido a escribirla, no encontraba el momento y ahora, a mis 45, no es mal momento para hacer cosas de persona adulta como, por ejemplo, plantearte de dónde vienes”, cuenta la autora. Confiesa que, de niña, pasaba los domingos escuchando las narraciones de la abuela Teresa “que tenía dotes de gran narradora aunque ella no lo sabía y es la responsable de que yo sea escritora”. “Me lo contaba como una novelista, creando expectativas… ella me enseñó la diferencia entre contar una historia y contar bien una historia”, añade con énfasis.
La narración que compone Santos en 'Diamante azul' nos traslada, sin seguir un orden cronológico, desde el siglo XVIII a principios del XX, y recoge la ebullición social propia de la época, con multitud de movimientos sociales. También da testimonio del momento en el que el cine llega a Mataró, como el gran invento del momento y el primer entretenimiento universalizado al que podía acudir todo el mundo. “Fue el primer movimiento de masas que triunfó aunque no lo apoyaran las clases altas. Y, por primera vez, un espectáculo podía emocionar por igual a un señor en la rambla de Mataró y en la quinta avenida de Nueva York”.
En la forma, el protagonismo que el cine adquiere en la trama ha permitido a Santos dotar de una perspectiva más global a la novela y, al mismo tiempo y en el fondo, rendir un homenaje personal a su abuelo. “Porque el que era un cinéfilo empedernido era mi abuelo –recuerda- y dejó de ir cuando se casó porque mi abuela era una niña burguesa que no podía ir al cine”.
Santos asegura que habrá segunda parte de la saga, con la que se adentrará en la Guerra Civil, “porque esa etapa también me la debo”, pero aún no ha decidido si será en su siguiente novela o si abordará antes otros proyectos.