Maria Dueñas regresa con la novela "Sira", doce años después de la publicación de El Tiempo entre Costuras, la historia de Sira Quiroga que fue llevada con enorme éxito también a la televisión, en la serie que emitió Antena 3. Es uno de los mayores lanzamientos editoriales de Planeta, con una tirada inicial de medio millón de ejemplares. Conversamos con la autora en el Hotel Palace de Madrid, donde María Dueñas nos habla de una Sira más madura, más independiente, con más experiencia de la vida. Ya no es aquella inocente costurera que pasó de los patrones a los servicios secretos británicos, llevada por las circunstancias.
'Booktailer' de 'Sira', la nueva obra de María Dueñas
Un homenaje a la figura del exiliado español
No había en principio intención de escribir una segunda parte, María considera que debía descansar del personaje y que ambas se despegaran un poco para respirar. Pero de nuevo surgió el momento y esta novela de más de 600 páginas va a hacernos seguir la vida de Sira a lugares que siempre buscan un denominador común: evadir al lector. Comenzando por la Palestina previa a la creación del nuevo Estado de Israel.
Londres es otro de los escenarios, donde Sira va a entrar en contacto con el mundo de los medios de comunicación y muy especialmente la mítica BBC, para quien va a trabajar en el servicio en español, como corresponsal de América Latina. Esto le va a permitir acercarse a personajes muy interesantes.
La BBC va permitir a Sira conocer a la élite social de la España de los 40. La novela describe a la perfección todo el entorno que rodea a Franco y a Carmen Polo, tan distante de la España real llena de miseria. Y refleja muy bien un acontecimiento que marcó aquella época: la visita de un mito, Eva Perón.
Y por supuesto, en la novela regresamos a Tánger. Pero una Tánger más cospomolita, mucho más intensa y financiera; un autentico hervidero social y político.
Sira ha sido una novela escrita en pleno confinamiento y entre aperturas y cierres de la movilidad, por la pandemia. Esto ha tenido para la autora sus ventajas -porque ha facilitado la conexión con el texto- pero también el inconveniente de la falta de estímulos por viajes y encuentros presenciales con los lectores.
La novela es también un homenaje a la figura del exiliado español. A tantos intelectuales como Luis Cernuda o Arturo Barea, que tuvieron que refugiarse fuera de su país y que sin duda debilitaron el pulmón intelectual español. Y Maria Dueñas no tiene ninguna duda: si todos aquellos pensadores hubieran podido seguir desarrollando su actividad en España, habríamos tenido otra fortaleza.