A los 95 años, todavía improvisando la vida, según nos ha contado en la Biblioteca Nacional. Un poco abrumada por la responsabilidad de recibir este premio, que no se esperaba para nada. El buen humor es lo que tiene de cervantina su poesía, ha explicado, al tiempo que pide que los colegios obliguen a leer ante El Quijote, porque todo está en la obra de Miguel de Cervantes.
Encuentro con los medios antes de depositar en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un manuscrito de José Bergamín, "Crítica trashumante", al que define como "un compañero de juegos, pero sabio".