Ángela Ruiz Robles inventó en 1949 la enciclopedia mecánica, un artilugio con abecedarios automáticos en todos los idiomas y con el que podían formarse palabras, frases, lecciones o temas y toda clase de escritos, que sin embargo, nunca fue comercializada.
En el año 2013, los Ministerios de Economía y Competitividad y de Educación, Cultura y Deporte editaron la monografía 'Ángela Ruíz Robles y la invención del libro mecánico', que recoge un conjunto de estudios y reflexiones sobre una figura que desgraciadamente es poco conocida.
Nacida en Villamanín (León) el 28 de marzo de 1895, Ángela Ruiz Robles, estudió Magisterio y dio clases en la Escuela de Magisterio de León, donde cursó sus estudios, y en la Escuela de Gordón, en la provincia leonesa, de la que llegó a ser directora.
Posteriormente, en el año 1918, obtuvo la plaza de maestra en una aldea próxima a Ferrol, Santa Uxia de Mandiá, donde permanecería diez años. En 1934 se ocupa de la gerencia de la Escuela Nacional de Niñas del Hospicio realizando una importante labor y en 1945 fue profesora de la Escuela Obrera gratuita. En 1948 se incorporaría al Colegio Ibáñez Martín, de cuya dirección se haría cargo en 1959 hasta su jubilación.
Además de su labor docente, Ángela Ruiz Robles escribe, da conferencias, edita y reedita la mayor parte de su obra científica, un total de 16 libros, además de impartir clases a opositores de aduanas, correos, telégrafos y para el ingreso en altos estudios mercantiles en la academia para adultos de su propiedad, Elmaca.
Entre 1944 y 1949 realiza varios proyectos. En 1944 el atlas científico-gramatical, con la finalidad de dar a conocer España con gramática, sintaxis, morfología, ortografía y fonética. Después vendría la máquina taquimecanográfica. Y en 1949 inventa la enciclopedia mecánica, que fue construida en el Parque de Artillería de Ferrol (La Coruña), siendo ella misma quien dirigió los trabajos.
Desde el año 2006, la Enciclopedia formó parte de la Exposición del Museo Pedagógico de Galicia (MUPEGA) en Santiago de Compostela hasta el 4 de mayo de 2012 que pasó a la Exposición permanente del Museo de Ciencia y Tecnología de A Coruña.
Dicha enciclopedia consta de dos partes. En la de la izquierda lleva una serie de abecedarios automáticos, en todos los idiomas: con una ligerísima presión sobre un pulsador se presentan las letras que se deseen, formando palabras, frases, lección o tema y toda clase de escritos. En la parte superior de los abecedarios lleva a la derecha una bobina con dibujo lineal, y en la de la izquierda otra con dibujo de adorno y figuras. En la parte inferior de los abecedarios, un plástico para escribir, operar o dibujar. En la parte interior, un estuche para guardar asignaturas. En la parte de la derecha van las asignaturas, pasando por debajo de una lámina transparente e irrompible, pudiendo llevar la propiedad de aumentos. Además estos libros podían ser luminosos e iluminados para poder leerlos sin luz. A la derecha e izquierda de la parte por donde pasan las materias lleva dos bobinas, donde se colocan los libros que se desee leer en cualquier idioma; por un movimiento de las mismas van pasando todos los temas, haciendo las paradas que se quieran. Las bobinas son automáticas y pueden desplazarse del estuche de la enciclopedia y extenderse, quedando toda la asignatura a la vista; puede estar sobre una mesa (como los libros actuales) o perpendicular, facilitando comodidad al lector, evitando con ello gran número de esfuerzos intelectuales y físicos. Todas las piezas son recambiables. Cerrado, queda del tamaño de un libro corriente y de fácil manejo.
La enciclopedia mecánica era necesaria según sus explicaciones porque "aligera el peso de las carteras de los alumnos, hace más atractivo el aprendizaje y adapta la enseñanza al nivel de cada estudiante". Pese a ello, ninguna empresa se animó a comercializarla.
Pero Ángela siguió adelante ya que la base fundamental de su trabajo radicó siempre en su necesidad vital de innovar en los ámbitos de la pedagogía y la didáctica.
Así, en 1947, por su labor social y sus innovaciones pedagógicas, recibe la Cruz de Alfonso X el Sabio en reconocimiento a su carrera profesional; y en 1952 la Medalla de Oro y Diploma en la 1.ª Exposición Nacional de Inventores Españoles, entre otros muchos reconocimientos.
Ángela Ruiz Robles murió el 27 de octubre de 1975 en Ferrol (La Coruña) y está enterrada en el panteón familiar, en el cementerio de Serantes.