El reggae se originó en un medio cultural de grupos marginados que vivían principalmente en la parte occidental de la ciudad de Kingston (Jamaica). A lo largo del tiempo se fueron incorporando a este elemento estilos musicales neoafricanos, la música soul y el rhythm and blues, transformando paulatinamente el "ska" primigenio en "rock steady", primero, y luego en reggae.
Aunque en sus inicios el reggae fue una expresión musical, vocal e instrumental, de comunidades marginadas, actualmente ha sido abrazado por amplios sectores de la sociedad sin distinción de sexo, etnia o religión. Su aportación a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana pone de relieve la fuerza intelectual, sociopolítica, espiritual y sensual de este elemento del patrimonio cultural.
El reggae conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música -vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y loa religiosa- y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población jamaicana.
En todos los niveles del sistema educativo del país está presente la enseñanza de esta música, desde los jardines de la infancia hasta las universidades. Conciertos y festivales como el 'Reggae Sumfest' y el 'Reggae Salute' proporcionan anualmente a este género musical un mercado y ofrecen una oportunidad para practicarlo y transmitirlo a músicos, artistas en ciernes y practicantes de este elemento del patrimonio cultural inmaterial.