Con un lazo negro en la solapa de su chaqué, el escritor ha dedicado el premio "a los miles de jóvenes que siguen luchando sin más armas que sus ideales para que Nicaragua vuelva a ser república".
La tensión reina en Nicaragua después de que el Gobierno de Daniel Ortega derogara una reforma de la seguridad social que hizo detonar protestas con el resultado de al menos 27 muertos y más de 100 heridos en cinco días, así como saqueos a comercios y daños a la propiedad pública.
Sergio Ramírez ya participó ayer en Madrid en una concentración en la Puerta del Sol para reclamar el fin de la "represión insostenible" que se está viviendo en Nicaragua.
El Premio Cervantes explicó que había acudido a la concentración para "solidarizarse" con su pueblo, que ha demostrado, ha subrayado, "tener la valentía suficiente para protestar para que le devuelvan la libertad y democracia confiscadas".