Desde este próximo mes de enero se podrán recuperar las aportaciones y los rendimientos generados de planes de pensiones que tengan al menos 10 años de antigüedad sin necesidad de justificar ningún motivo.
El cambio, recogido en una ley de 2014, dota de un nuevo supuesto de liquidez a estos instrumentos de ahorro para la jubilación con esa única condición de la antigüedad del dinero invertido.
Cada año se irán así ampliando plazos: en 2025 se podrán rescatar las aportaciones hasta 2015, mientras que para las de 2016 habrá que esperar hasta 2026 y así sucesivamente.
Para el rescate solo hay que comunicar la decisión a la entidad correspondiente pero antes hay que tener en cuenta algunos factores, especialmente la fiscalidad.
La Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf) explica que las cantidades rescatadas tributan en concepto de rendimientos del trabajo y se integran así en la base imponible general.
En caso de rescate en forma de capital, recuerda Aedaf, se puede aplicar una reducción del 40% a la parte que corresponda a aportaciones realizadas antes de 2007.
"Si se está barajando la posibilidad de rescatar el plan de pensiones conviene hacer cálculos y tener presente que resultará más ventajoso hacerlo en un ejercicio en el que se hayan obtenido bajos ingresos, evitando así subidas de tipo por saltos de tramo en la escala de gravamen", añade Aedaf.
"Desde un punto de vista fiscal, recuperar el plan de pensiones ahora en vez de al jubilarse supone generalmente pagar más impuestos (...). El salario tiende a ser más elevado que la pensión y, por lo tanto, implica pagar más impuestos", señala la asesoría Tax Down.
El sector pide más incentivos
A 30 de septiembre de 2024, en España había 7.298.183 partícipes en planes de pensiones individuales, una cifra que ha ido en descenso en los últimos años especialmente tras la reducción de la cantidad deducible por las aportaciones a este instrumento de ahorro.
Desde 2022, solo se pueden deducir 1.500 euros en el caso de los planes de pensiones individuales, mientras que en los planes de empleo -los ofrecidos por las empresas a sus trabajadores- el límite para la empresa es de 8.500 euros y el umbral conjunto (empresa y trabajador) se mantiene en los 10.000 euros.
Estos últimos suman ya 2,7 millones de partícipes tras la reforma aprobada en 2022 para impulsar un modelo de ahorro para la jubilación, que, destaca el sector, aún tiene mucho recorrido.
"El número de partícipes en planes de pensiones de empleo va creciendo gradualmente, pero las aportaciones, la generosidad de los compromisos por pensiones, y los derechos económicos acumulados son todavía muy modestos", apuntaba en un reciente informe Santa Lucía.
La patronal de fondos de inversión Inverco también ha incidido recientemente en que los incentivos actuales para el ahorro a través de los planes de pensiones son insuficientes y han pedido elevar los límites de aportación deducibles.
Según la XV Encuesta sobre Planes de Pensiones del Observatorio de Inverco, la patronal de las instituciones de inversión colectiva, el 71 % de las gestoras asegura que volver al límite de 8.000 euros anuales sería "fundamental" para revitalizar los planes de pensiones.