En un acto de Nueva Economía Fórum, el ministro ha avanzado que el segundo semestre de 2025 será un año de transición en lo que a bonificaciones al ferrocarril se refiere, con el objetivo de implementar en 2026 un billete único para todo el transporte, aunque sin dar más detalles al respecto.
El objetivo es replicar medidas similares que ya se encuentran activas en otros países europeos, como en Alemania, donde existe un abono mensual de 58 euros que permite el uso de trenes regionales, autobuses, metro y tranvías en todo el país, pero no en la alta velocidad.
Actualmente, con los descuentos financiados por el Gobierno y las comunidades autónomas, ya hay abonos, como en Madrid, donde por 32,8 euros mensuales se puede coger todo el transporte público dentro de la región, incluidos los cercanías de Renfe, aunque no los media distancia y alta velocidad. Sin descuento, este billete cuesta 82 euros.
Durante el primer semestre de 2025 se mantendrán estos descuentos, pero a partir de julio bajarán a un 40%, al mismo tiempo que habrá un billete único de 20 euros mensuales para toda la red de Renfe Cercanías en toda España.
Sin embargo, la intención del Gobierno es eliminar los descuentos, toda vez que se crearon para amortiguar el efecto de la inflación tras la pandemia y la guerra en Ucrania, por eso el segundo semestre del año será de transición hacia ese billete único en 2026.
"El objetivo y el reto es implementar el billete único en España, algo que tiene Alemania, con sus ventajas y desventajas, lo que nos permitirá aprender. Y yo espero que en el año 2026 vayamos a esa medida que permita una mejor distribución de los recursos, generar comodidad en los usuarios, pero sobre todo empezar a volcar los esfuerzos en la calidad del transporte público", ha concluido.
El billete único en otros países
Este tipo de billete único arrancó con el billete climático que lanzó Austria en 2021. Allí, el precio es de 79 euros al mes y que permite usar todos los medios de transporte público del país (autobuses, tranvías, metros, trenes, trolebuses…). Además, por 110 euros más al año se permite al usuario viajar con hasta cuatro niños.
La denominación de billete climático se refiere a que es una manera de hacer más atractivo el transporte público frente al coche, mucho más contaminante, y luchar así contra el cambio climático. Cuando se puso en marcha, incluyó la movilidad en seis Estados, mientras que otros tres Estados no se sumaron en ese arranque.
Otros países han apostado por este modelo. El mayor ejemplo es Alemania, que en el verano de 2022 creó un billete temporal por tan solo 9 euros al mes.
El buen funcionamiento llevó a crear otro permanente, el Deutschlandticket (billete para Alemania), un abono que por 58 euros al mes (al inicio eran 49) permite usar todos los medios de transporte público del país, con excepción de los trenes de alta velocidad, independientemente de dónde se compre. El Gobierno federal y los 16 estados federales se comprometieron a cofinanciar a partes iguales el billete (pagan 3.000 millones anuales en total, 1.500 por organismo), que entró en vigor en 2023.