En su boletín económico mensual, la entidad explica que el avance económico se sigue apoyando en la fortaleza del gasto interno, en especial del consumo de las familias, que es consecuencia de la prolongación del "intenso proceso" de generación de empleo y de la persistencia de unas condiciones financieras favorables.
Según sus estimaciones, el ritmo de crecimiento interanual del empleo podría llegar al 3,1 % en el cuarto trimestre, una tasa que está en línea con el propio crecimiento interanual de la economía.
Asimismo, asegura que la inversión empresarial está recobrando un mayor dinamismo en los últimos meses del año, tras el frenazo registrado en el tercer trimestre.
También la inversión en construcción se está reactivando, tras el moderado crecimiento del trimestre anterior.
El Banco de España recalca que la información del cuarto trimestre del sector exterior es aún muy limitada, pero apunta a un aumento del comercio con el resto del mundo, tras la notable desaceleración que tuvo lugar en el verano, sobre todo en los flujos de exportaciones e importaciones con las economías emergentes.
No obstante, la aportación del sector exterior en el cuarto trimestre será nula, con lo que todo el crecimiento trimestral (0,7 %) será aportado íntegramente por la demanda interna (consumo e inversión).
El boletín destaca que la incertidumbre acerca del rumbo de las políticas económicas ha empezado a aminorar con la constitución del nuevo Gobierno, sobre todo en el terreno fiscal tras la reciente aprobación del decreto ley que reforma el impuesto de sociedades, sube los tributos sobre el alcohol y el tabaco e incrementa las bases máximas de cotización.
Estas medidas deberían contribuir "a una reducción apreciable" del déficit público en 2017, cuyo objetivo se sitúa en el 3,1 % del PIB, después de que en 2016 descienda al 4,4 % del PIB, dos décimas por debajo de la meta comprometida, según avanzó el Banco de España en sus últimas proyecciones macroeconómicas.
Las medidas pueden llevar aparejado "algún coste de corto plazo en términos de actividad", pero el Banco de España entiende que la corrección del desequilibrio presupuestario es prioritaria para atenuar la vulnerabilidad de la economía española, dada su dependencia de la financiación exterior.
Asimismo, señala que siguen subsistiendo dudas en el ámbito de la definición de la agenda de reformas estructurales, "necesarias para elevar el ritmo de expansión de la actividad y de creación de empleo de manera duradera".