La economía española se enfría. Crecerá este año una décima más de lo previsto hasta el 2,4%, porque la evolución de la actividad hasta junio fue mejor de lo esperado, pero el PIB pierde fuelle en 2024. El supervisor rebaja dos décimas su anterior previsión para dejar la tasa en el 1,6%. Hasta 2026 continuará el freno económico con tasas de PIB por debajo en los próximos años del 2%.
El principal responsable es el consumo privado, que modera su dinamismo ya en la recta final del año, en un entorno de tipos de interés altos y una menor confianza de los consumidores. La demanda externa continua además lastrando el crecimiento, el supervisor acusa una caída de las exportaciones afectadas por la desaceleración económica que viven nuestros vecinos europeos.
Más crecimiento y menos inflación si se extienden las medidas de choque
El banco de España mejora su previsión de inflación para este año y el que viene. El IPC bajaría 2 puntos este año hasta el 3,4% y un punto el que viene hasta el 3,3%. A favor juega el año que bien los menores precios energéticos y la prórroga de algunas medidas de choque. Si se extendieran todas esas medidas anticrisis, la rebaja del IVA de la electricidad y el gas, los precios bajarían el año que viene incluso más hasta el 2,3%. El PIB subiría cerca de 2 décimas, hasta el 1,8%.
No obstante, se mantendrá por encima de la inflación media europea, que se coloca ya en noviembre en el 2´4%. Aunque habrá que esperar a 2025 para verla más cerca del objetivo de estabilidad del 2.
Menos dinamismo del mercado laboral
La tasa de paro en 2024 se coloca en el 11,7% y se mantendrá en ese entorno hasta 2026, entonces desciende al 11,3%. Hay margen de mejora, el Banco de España ve algunas opciones que merece la pena explorar, entre ellas introducir cambios en la duración de las prestaciones, pero condicionándolo al ciclo económico con sendas decrecientes de sus cuantías. También permitir que determinados subsidios o prestaciones sean compatibles, con carácter temporal o permanente, con el empleo.
Desde una perspectiva internacional, el grado de protección de los desempleados en España es relativamente bajo. España se gasta poco en formación, por eso el banco de España recomienda rediseñar políticas activas y pasivas de empleo que den más cobertura a los desempleados, y que ayudarían además a la vuelta al trabajo. Los requisitos además asociados al cobro de prestaciones se encuentran entre los menos estrictos a nivel internacional, lo que contribuye a elevar igualmente la tasa de paro.
Riesgos en el horizonte
El Banco de España alerta de las tensiones geopolíticas, del elevado déficit estructural y de la incertidumbre que puede condicionar muchos proyectos de inversión y aumentar el ahorro precautorio. También avisa del ritmo de ejecución de los fondos europeos y de su impacto en la actividad económica.