Madrid |
El Banco de España explica esta ralentización de la economía española por el empeoramiento del contexto exterior y la pérdida de dinamismo de la demanda interna, cuyo crecimiento fue fundamental en las primeras fases de la recuperación.
Durante la crisis, se postergaron muchas compras de bienes duraderos y este proceso se está agotando.
También influyen en la ralentización del crecimiento al 2% en este año la incertidumbre que afecta negativamente a la inversión empresarial.
El descuadre presupuestario se mantiene en el 2,5% y no mejora respecto al año anterior.
Hay un peor comportamiento de los ingresos fiscales, por eso, el Banco de España considera que la expansión de la economía se vería reforzada con la constitución de un Gobierno estable que ajuste el déficit público y que tome medidas para aumentar la actividad económica a largo plazo y la capacidad para crear empleo.