El Banco de España recorta su previsión de crecimiento en 2021 al 6 %, como consecuencia de las restricciones administrativas asociadas a la tercera ola de Covid-19, que habrían lastrado sobre todo el consumo de los hogares.
En su informe trimestral publicado este martes, la entidad señala que se mantiene una notable incertidumbre respecto a la evolución de la pandemia y a la respuesta de los agentes económicos a la crisis, razón por la que también ha elaborado dos escenarios alternativos: uno severo en el que la contracción llegaría al 0,9% y uno suave en el que se crecería un 0,4%.
El Banco de España avanza un tono más positivo de la actividad en marzo, tras el debilitamiento iniciado en enero, que se acentuó en febrero.
Durante la presentación del informe, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha asegurado que con la mejor evolución de marzo no se puede descartar una mejora adicional respecto a lo previsto.
La contracción del 0,4 % del escenario central refleja una contribución negativa de 6 décimas de la demanda interna (consumo e inversión), parcialmente contrarrestada por la aportación positiva de 2 décimas de la demanda externa por la recuperación tanto de las exportaciones como de las importaciones.
Destrucción de empleo
La mejoría del empleo se habría debilitado a raíz del impacto de la tercera ola, con un deterioro de la afiliación que estuvo acompañado de un aumento de los trabajadores en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), lo que augura una caída del empleo medido en horas trabajadas del 2,4 % entre enero y marzo.
Menos gasto en las familias
Los indicadores disponibles, como las matriculaciones de automóviles particulares, las pernoctaciones hoteleras de residentes o el comercio al por menor hacen prever una reducción del gasto de las familias, a lo que se suma la caída de la confianza de los consumidores ante un contexto incierto. Esta situación ha contribuido a que la tasa de ahorro de los hogares se haya mantenido en niveles elevados.
Recaía de la inversión
El informe también anticipa una recaída de la inversión en vivienda, con la actividad constructora residencial lastrada por el temporal de nieve de enero.
La inversión empresarial habría prolongado su atonía afectada por las dudas sobre la evolución económica, como refleja la caída de las nuevas operaciones de crédito a las empresas, aunque no solo por la debilidad de la demanda de préstamos sino también por un ligero endurecimiento de las condiciones de oferta.
Precios de consumo
Según el informe, la inflación de precios de consumo ha sorprendido al alza por el aumento de los precios del petróleo, lo que llevará el IPC a valores superiores al 1% en los próximos meses, con un cierto repunte también de la inflación subyacente (que no incluye ni precios energéticos ni alimentos frescos).
El Banco de España mantiene que las cuentas publicas cerrarán el año con un déficit del 10,5 % del PIB, según lo anticipado en diciembre, en tanto que durante el primer trimestre se habría mantenido el dinamismo del gasto sanitario, al que se suma el destinado al apoyo de hogares y empresas afectados por la pandemia.