El Banco Central Europeo (BCE) recomienda al Gobierno español que realice un "análisis exhaustivo" de las consecuencias negativas que podría tener sobre el sector el impuesto que pretende imponer a la banca, para saber si podría afectar a la concesión de créditos, entre otros riesgos.
En particular, considera que antes de aprobarlo el Gobierno tiene que estudiar detalladamente el impacto que podría tener ese gravamen temporal sobre la rentabilidad de las entidades de crédito y financieras afectadas y sobre las condiciones de competencia en el mercado.
El objetivo ha de ser, considera el BCE en un dictamen difundido este jueves, que se garantice que su aplicación no plantea riesgos para la estabilidad financiera, la resiliencia del sector bancario y la concesión de créditos.
"Esta recomendación es especialmente pertinente en el actual entorno económico y financiero, que presenta una gran incertidumbre, y ante la perspectiva de que las provisiones para pérdidas crediticias de las entidades de crédito aumenten debido a la acusada ralentización prevista de la actividad económica", añade.
Al respecto, recuerda que debe tenerse en cuenta que los bancos ya han tenido que registrar provisiones más elevadas con respecto a su exposición a empresas de sectores con un elevado consumo energético, por ejemplo.
El BCE alerta de que "la consideración de una entidad de crédito afectada como obligado al pago del gravamen temporal mientras registre pérdidas netas, distorsionaría significativamente y perjudicaría aún más la resiliencia de un banco deficitario".
Además, añade, "la aplicación del gravamen únicamente a determinadas entidades de crédito españolas podría falsear la competencia en el mercado y perjudicar la igualdad de condiciones tanto dentro del país como en toda la unión bancaria".
El BCE dice también en el dictamen, firmado por la presidenta Christine Lagarde, que "el gravamen temporal no tiene en cuenta todo el ciclo económico y no comprende, entre otros, los gastos de explotación ni el coste del riesgo de crédito".
Por consiguiente el importe del gravamen temporal podría no ser proporcional a la rentabilidad de una entidad de crédito.
El BCE también considera que "sería deseable una terminología más clara en el texto final sobre el criterio a la hora de determinar las entidades de crédito y financieras afectadas en aras de la seguridad jurídica".
Tampoco está clara según el BCE "cuál será la función de colaboración del Banco de España para garantizar el cumplimiento por parte de las entidades de crédito del requisito establecido en la proposición de ley de no trasladar el importe del gravamen temporal a sus clientes".
Esta cuestión podría aclararse más, en particular, indicando que no equivale a encomendar ninguna tarea nueva al Banco de España.
El BCE menciona las subidas de los tipos de interés del BCE desde julio en 200 puntos básicos. Los ingresos netos por intereses de los bancos suelen aumentar a medida que aumentan los tipos de interés.
"No obstante, este efecto puede compensarse con un menor volumen de préstamos, por pérdidas en la cartera de valores y aumentos en las provisiones como consecuencia del deterioro de la calidad de la cartera de crédito", advierte el BCE.
En el entorno actual, añade el BCE, se puede reducir de manera significativa la capacidad de pago de los deudores y "el efecto neto de las subidas de los tipos de interés sobre la rentabilidad de las entidades de crédito podría ser posiblemente menos positivo, o incluso negativo, en un horizonte temporal prolongado".
El gravamen temporal atiende a los ingresos totales por intereses y comisiones correspondientes a 2019, es posible que los bancos registren unos beneficios bajos o pérdidas en el momento en que se recaude de forma efectiva el gravamen.
Por ello la capacidad de los bancos para alcanzar posiciones de capital adecuadas se puede ver perjudicada, señala.