La primera reunión entre la Comisión Europea y los EE. UU. para hablar de aranceles se va a hacer realidad por fin este viernes, se supone que por videoconferencia. Perdonen el inciso: oficialmente se dice que va a ser una reunión telefónica, pero seamos sinceros, es difícil creer que en pleno siglo XXI con la tecnología actual, no se vean las caras, así que será una videoconferencia. Va a ser un cara a cara, y de hecho va a ser un cara a cara previsiblemente tenso. A cara de perro.
El actual inquilino de la Casa Blanca ha dejado a Europa para el final tras sus escarceos con México y Canadá, pero no hay duda de que su verdadero objetivo es romper la política comercial europea porque, las cosas como son, aunque el intercambio entre ambas zonas es beneficioso para ambas partes y es de hecho el mayor intercambio comercial en el mundo… los EEUU son claramente deficitarios. Según datos de Eurostat, el déficit comercial de bienes del país norteamericano con la UE ascendió a 158 000 millones de dólares en 2023.
¿"Fuck the EU"?
Así que la misión prioritaria que se ha fijado el presidente norteamericano es terminar con este déficit, pero muchos creen que hay una agenda oculta… y no tan oculta a veces, porque las declaraciones antieuropeas son a veces sorprendentemente explícitas: destruir la UE como alternativa comercial. Los 27, es cierto, no tienen peso en el mundo porque no tienen unidad estratégica en forma de una política exterior coherente respaldada por una política de defensa fuerte. Pero comercialmente… esto es otra historia. Comercialmente, la UE es tan fuerte o más que la primera potencia mundial, los EEUU. Y esto no gusta nada al otro lado del Atlántico.
De ahí que el presidente de EEUU dijera recientemente que la Unión Europea "seamos honestos, la Unión Europea se formó para joder a Estados Unidos (“to fuck the United States”)... Ese es el propósito y lo han hecho bien, pero ahora soy presidente”. Así que el verdadero motivo de Washington podría muy bien ser, por hablar en los términos del presidente norteamericano... "Fuck the EU" (joder a la Unión Europea).
Por parte europea estarán presentes en este encuentro el comisario de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic. Y por parte norteamericana, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick y el representante comercial de la Administración de Donald Trump, Jamieson L. Gree.
La primera reunión… por fin
La Comisión Europea llevaba ya tiempo detrás de esta reunión y hasta ahora los EEUU la habían evitado, el plantón más espectacular fue el que le dio el secretario de Estado, Marco Rubio a la Alta Representante, Kaja Kallas, cuando canceló un encuentro que tenía con ella en un viaje que hizo la letona a Washington a finales de febrero. Pero no fue el único. Sefcovic intentó contactar varias veces sin éxito… y la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, hizo todo lo posible por tener un encuentro con Donald Trump.
No hay que olvidar que durante su primer mandato fue el entonces presidente del ejecutivo comunitario, Jean Claude Juncker, quien evitó la guerra comercial negociando una entera en la Casa Blanca con el propio Trump. Juncker siempre recuerda que encontró que el republicano era, a pesar de las apariencias, alguien que siempre busca el acuerdo y con quien se puede negociar. Comenta cómo le dijo que no tenía sentido que llamara a las capitales para intentar alcanzar acuerdos comerciales, enseñándole que en esta materia es él, y solo él, el presidente de la Comisión, quien puede alcanzar un acuerdo en nombre de los 27. La química fluyó y el acuerdo entonces fue posible.
Es exactamente lo que ha intentado von der Leyen, de momento sin éxito. Quien, como no la recibían, ha ofrecido en numerosas ocasiones a través de los medios de comunicación que Europa aumente sus compras de gas licuado norteamericano -aún sabiendo que están fuera de precio de mercado- y baje los aranceles a los coches norteamericanos. Un mantra, este de los coches, que Trump utiliza siempre que habla de “lo mala, muy mala” que es la Unión Europea con EEUU, “porque nosotros les compramos sus coches, pero ellos no nos compran los nuestros”. Y es presumiblemente la primera oferta que hará el comisario de comercio en esta primera entrevista técnica y oficial entre ambas partes.
La cuenta atrás ha empezado
Desde que este pasado miércoles la UE respondiera a los aranceles norteamericanos, el tick tack del reloj no ha parado de sonar. De momento hay tiempo para evitar la guerra comercial porque la primera fase de los aranceles anunciados por la Comisión Europea en respuesta a los impuestos por EEUU al acero y aluminio no entra en vigor hasta el 1 de abril. Y es una pequeña parte de los 26.000 millones de euros que suponen, solo 8.000. El resto llegarán a mediados de abril tras consultas que están teniendo lugar con los Estados miembros para ver qué productos se incluyen… y no entrarán en vigor si las negociaciones van bien.
Con Trump nunca se sabe. Su táctica es bien conocida: empezar muy fuerte y acabar pactando. Y es lo que sigue haciendo. Este mismo jueves, cuando se levantó con la noticia de que la UE respondía, amenazó de nuevo a la Unión Europea con nuevos aranceles "del 200%" a vinos, champagnes y otras bebidas alcohólicas europeas si los 27 no retiraban "de inmediato" los aranceles "del 50%" que Bruselas prevé para el whiskey americano.