El próximo 7 de abril dará comienzo la Campaña de la Renta y Patrimonio 2020 de forma telemática y, en un año marcado por la pandemia como el nuestro, la crisis socioeconómica ha supuesto que mucha gente se haya llegado a tener dos o varios pagadores, es decir, que ha recibido gratificaciones económicas por parte de empresas con un diferente Código de Identificación Fiscal (CIF). Aunque cambiar de trabajo, cobrar una prestación del SEPE o trabajar para dos empresas un mismo año no hace que paguemos más impuestos, sí tiene implicaciones fiscales. Conoce cómo puede afectar el haber tenido dos o más pagadores a tu declaración de la Renta.
¿Cuándo considera Hacienda que hay más de un pagador?
Cambiar de trabajo, quedarse en paro o tener dos empleos son algunas de las situaciones en las que la Agencia Tributaria considera que existe más de un pagador.
El paro y el ERTE también cuenta como pagador
De hecho, siempre que se cobra una prestación del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) lo toma como un pagador más, por lo que la prestación por desempleo se asemejaría a un cambio de empresa, porque el CIF es diferente. Además, el SEPE aplica siempre por defecto la retención mínima, por lo que es muy probable que la declaración salga a pagar si esta supera el umbral de ingresos mínimos que obliga a hacerla.
Excepciones a la norma
Sin embargo, también existen excepciones a la norma general, como las subrogaciones laborales y los pagos delegados, es decir, cuando una empresa cambia su nombre o se realiza una fusión de empresas.
¿Cuándo es obligatorio hacer la declaración de la Renta si he tenido dos pagadores o más?
Cuando hay un solo pagador, el límite para estar exento de declarar es de 22.000 euros –excepto en el País Vasco, donde es de 20.000–. Sin embargo, si hay dos pagadores la cifra baja a 14.000 euros, siempre que se haya cobrado más de 1.500 euros por parte del segundo pagador (o de varios pagadores, además del primero).
¿Se paga más por tener dos pagadores?
Cuando se tienen dos pagadores es común que la declaración “salga a pagar”, aunque no siempre es así. El motivo por el cual esto suele darse de esta manera es porque lo que influye en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) son los ingresos percibidos por un ciudadano y las retenciones que se les apliquen a estas sumas. Lo que ocurre frecuentemente es que el segundo pagador aplica las retenciones como si fuera el primero, por lo que resta un porcentaje menor del que debería y por eso muchas veces la declaración “sale a pagar”.
¿Cómo evito que me "salga a pagar"?
Para evitar que esto se produzca, la solución es pedir voluntariamente a la nueva compañía que suba la retención de la nómina teniendo en cuenta lo que hicieron los anteriores pagadores. Es decir, que siempre es recomendable subir el IRPF para adecuarlo a los parámetros de Hacienda pues, si no se hace, deberemos pagarlo en la declaración de la Renta a la Agencia Tributaria.
