Kazajistán está viviendo las protestas más multitudinarias que se conocen hasta la fecha y el gobierno ha pedido ayuda a aliados como Rusia para que envíen tropas y así contener a los manifestantes. Estas protestas, que ya se han saldado con decenas de muertos y heridos tiene su origen con la subida de precio del gas licuado del petróleo, mercado que el gobierno comenzó a liberalizar hace años.
Sin embargo, uno de los efectos menos conocidos de esta crisis es el hundimiento del valor del bitcoin, teniendo en cuenta que Kazajistán es el segundo país del mundo, solo por detrás de EEUU, en minería de criptomonedas. Las disputas sociales, sumadas a los fallos en el sistema eléctrico e internet, han provocado que esta criptomoneda se haya desplomado en las últimas horas casi un 2% y se sitúa por debajo de los 43.000 dólares. Representa una caída importante, un 40%, teniendo en cuenta que en noviembre se encontraba sobre los 70.000 dólares.
A pesar de que las caídas en el país de Asia central son la causa principal de esto, también ha influido que la Reserva Federal de EEUU ha publicado que los tipos de interés podrían subir antes de lo previsto, lo que ha supuesto que los inversores hayan decidido frenar su actividad.
El bitcoin se ha desplomado un 40% desde noviembre
Esta antigua república soviética pasó a ser el segundo país más relevante en relación a la minería de bitcoins después de que China prohibiera esta actividad empresarial. Tras esta decisión, la mayoría de empresas se desplazaron a Kazajistán y antes de esta crisis poseía el 18% del 'hasrate' mundial (cantidad de potencia informática que utilizan las computadoras conectadas a la red bitcoin). El primer país era EEUU con el 35,4% y en tercer lugar Rusia (11,3%). Ahora mismo, el 'hasrate' del país asiático ha bajado al 14%.
El presidente de Kazajistán ha ordenado "disparar a matar"
Mientras esta crisis continúa, el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha afirmado, durante un discurso a la nación, que ha dado la orden expresa de "disparar a matar", sin previo aviso, contra los manifestantes que vienen ocasionando graves disturbios en los últimos días, a los que calificó de "bandidos", si ofrecen resistencia a las autoridades.
"Di la orden a los órganos de la policía y el Ejército de disparar a matar sin previo aviso", dijo el presidente, al alertar de que no dialogará "con bandidos armados y preparados, tanto locales como extranjeros". El mandatario señaló además que "los terroristas continúan dañando la propiedad estatal y privada" y "utilizan sus armas en contra de los ciudadanos".