El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha dado orden de desembolsar esos 2.000 millones de euros que no es dinero nuevo, sino fondos estructurales comunitarios que se ponen a disposición de Atenas para que se destinen a proyectos de interés social y crecimiento.
"Creo que Grecia tiene un problema social serio, que algunos llaman crisis humanitaria; tiene poca capacidad de crecimiento, por lo que se necesita dinero del presupuesto europeo", ha declarado Juncker.
Es un gesto tras la dura reunión del jueves en la que Grecia recibió un ultimátum para que presente una lista completa de reformas.